Cartismo avala posible planillerismo de neposobrinos y salva a senadora

La senadora Noelia Cabrera (saco blanco) fue apañada por la mayoría cartista y sus satélites.
La senadora Noelia Cabrera (saco blanco) fue apañada por la mayoría cartista y sus satélites.DIEGO PERALBO

Con absoluta desvergüenza -apañada por la mayoría cartista y sus satélites-, ayer la senadora liberocartista Noelia Cabrera leyó un libreto que, más que defensa, fue alarde de impunidad. Hasta reclamó que se molestó a sus “neposobrinos”. Será salvada, pese a que el reglamento del Senado refuta su principal argumento: el “teletrabajo”.

Luego de varios días de mantenerse oculta y con respaldo cartista, la senadora liberocartista Noelia Cabrera hizo ayer su “descargo” durante la sesión ordinaria sobre el repudiable caso de sus “neposobrinos”: Iván (25 años) e Irene Giménez Cabrera (20 años). Se descubrió que ambos jóvenes no concurrían a sus oficinas en el Senado sino que iban a trabajar a un estudio jurídico de la pareja de la senadora oficialista.

Cabrera leyó un confuso escrito que, evidentemente, le prepararon y que, jurídicamente -y sin éxito- intentaba justificar los supuestos hechos de nepotismo y planillerismo.

La senadora leía el manuscrito confiada en que el cartismo le otorgaba impunidad y que su banca no estaba en peligro simplemente por falta de votos ya que los motivos sobraban.

“En esta ocasión quisiera pedirle disculpas a través de usted a todos los colegas por este ‘trastiempo’ (sic), por este contratiempo que han generado los últimos acontecimientos en los que se me han nombrado”, comenzó diciendo, pretendiendo minimizar las graves denuncias.

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Lejos de pedir disculpas a la ciudadanía por el hecho de que sus sobrinos presuntamente cobraron millonarios salarios (G. 13.500.000 y G. 8.000.000) sin ir a trabajar al Congreso, e inclusive haciendo oficina en un estudio jurídico de la pareja de la senadora, se presentó como víctima.

Denunció que “intereses ocultos y poco claros que motivaron la denostación pública de personas inocentes, solo apuntan a un objetivo, a empañar mi gestión parlamentaria”.

El reglamento del Senado establece condiciones puntuales para el sistema de “teletrabajo”.
El reglamento del Senado establece condiciones puntuales para el sistema de “teletrabajo”.

Su principal argumento fue que sus sobrinos ocupaban “cargos de confianza” y que realizaban “trabajo remoto, ya que la organización de agendas y actividades institucionales en las redes sociales ya no dependen de la presencia física de los funcionarios”.

Sin embargo, el propio reglamento del Senado sobre el “régimen interno de talento humano” la contradice, puntualmente en su artículo 5º “Registro de marcación” en su numeral 2 “registros analógicos”.

El reglamento dispone que, en casos de salidas excepcionales, deben marcar el reloj biométrico.
El reglamento dispone que, en casos de salidas excepcionales, deben marcar el reloj biométrico.

Dicha norma señala que se permite la “Modalidad de Teletrabajo para los casos que por razones de salud del funcionario o sus familiares cercanos (cónyuges, padres e hijos) y otros casos fortuitos”, es decir, no avala la ausencia de forma permanente como se desempeñaban sus “neposobrinos”, según la investigación de un medio colega.

Alegó que sus sobrinos fueron “blanco de ataques durante un proceso totalmente mediatizado”.

Finalmente pidió a sus colegas que la “presunción de inocencia de los involucrados no sea quebrantada ni mínimamente, por lo que deseo alertar tanto a los parlamentarios como a todos los paraguayos que deben entrenar sus ojos y oídos para discernir las falacias de las hipótesis maliciosas construidas sobre premisas absolutamente falsas” (sic).

Cumplido el requisito de la lectura (que el reglamento prohíbe), el Senado no trató ayer ningún pedido de pérdida de investidura. Sus sobrinos, tras ser descubiertos, renunciaron al Senado y son investigados por la Fiscalía.