29 de marzo de 2024
LISBOA. La aldea de Gemeses, ubicada en el norte de Portugal en el municipio de Esposende, donde el piloto Paulo Gonçalves, que falleció ayer en el Rally Dakar, residía junto a su esposa y sus dos hijos, espera consternada la llegada del cuerpo del que fuera ídolo de todos y cuyo nombre será “inmortalizado”.