10 de diciembre de 2025

El río –como alguien dijo alguna vez–, cualquier río, puede con todo, lo arrastra todo, lo acoge todo; es como la vida, como el gran viaje, ese que nos lleva desde la primera luz hasta nuestro último reposo. Así es el río, manantial de vida y muerte: curso que rige el destino de mucha, mucha gente, primero; y lápida que la sepulta, después... Esto mismo ocurrió una tarde de febrero, hace 40 años.