5 de diciembre de 2025
Mientras cualquier ciudadano común tiene que cuidarse de apagar las luces y no derrochar energía, la ANDE perdió por deficiencias técnicas y fallos en sus sistemas de control el equivalente a nueve veces la producción anual de la usina de Acaray en 2024 y nadie parece escandalizarse por ello. La propia compañía lo admite en sus memorias, en las que consigna que el año pasado se esfumaron sin facturarse 6,9 millones de megavatios/hora, lo que representa nada menos que 341 millones de dólares, que terminaron cargándose en las tarifas a los usuarios. En 2024 la ANDE entregó 26,1 millones de MWh de electricidad al mercado interno paraguayo, pero solo pudo facturar por 19,2 millones. Los restantes 6,9 millones (el 26,5%) se perdieron, 1,2 millones a través de las líneas de transmisión y 5,7 millones a través de las redes de distribución. Irónicamente, ese mismo año la ANDE lanzó la campaña “Consumo Inteligente” para “promover el uso eficiente y la optimización en el consumo de la energía eléctrica”. O sea, haz lo que yo digo, pero no lo que yo hago.