Itaipú atrae a miles de visitantes

ASUNCIÓN. La central hidroeléctrica Itaipú, situada en la frontera entre Paraguay y Brasil, se convirtió en 2018 en un atractivo turístico que llevó a 740.000 visitantes a apreciar sus megalómanas instalaciones, según datos de las autoridades paraguayas.

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La entidad ofrece recorridos turísticos cada hora, en los que los visitantes pueden conocer el dique de siete kilómetros de longitud que bloquea el río Paraná y sobre el que están instaladas las 20 bovinas que generaron este año una producción récord de 96,7 millones de megavatios por hora de energía.

La estructura que se levantó en el año 1984 tiene 130 metros de altura y se ha convertido en la central hidroeléctrica que produce mayor volumen de energía al año en todo el mundo, por delante de la presa Tres Gargantas, ubicada sobre el río Yangtsé de China.

El caudal que produce el agua, tras abandonar un lago artificial de más de 300 kilómetros de diámetro y continuar su camino a través del río Paraná, permite abastecer de energía casi en la totalidad a Paraguay, así como a cerca de un 10 % de Brasil, según las cifras facilitadas por fuentes de Itaipú.

Alrededor de la presa, hay un gran paraje 10.000 hectáreas que está protegido por la central con el objetivo de mantener el hábitat natural de la flora y la fauna locales, a pesar de que convivan con una obra de tanta magnitud.

El refugio biológico Tati Yupi, situado tres kilómetros de distancia de la ciudad de Hernandarias, es una de las ubicaciones protegidas, que la presa internacional ha abierto al público para descubrir su ecosistema.

Además de ser un lugar destinado a la investigación medioambiental, en el refugio también se pueden realizar distintas actividades como paseos en bicicleta, descenso en tirolina o recorridos aéreos entre los árboles.

El Centro de Investigación de Animales Silvestres es otro de los lugares preferidos por los turistas, que pueden descubrir cómo se trabaja para mantener a la fauna silvestre y los distintos planes educativos y de investigación que realiza Itaipú.

Además, todos los viernes y los sábados por la noche la gran presa hidroeléctrica se convierte en un improvisado escenario al que acuden cientos de turistas para disfrutar de su iluminación monumental.

Se trata de un espectáculo de luces, sonidos y sensaciones visuales, en el que los visitantes pueden contemplar cómo el dique va cambiando su tono de color, mientras suena la música en mitad de la oscuridad. Itaipú se convierte, de esta forma, en un gran parque temático que reúne distintas actividades y cuya memoria está recogida en el Museo Tierra Guaraní.

El centro, al que se puede acceder de forma gratuita, tiene como objetivo mantener viva la memoria cultural de la región para que las próximas generaciones puedan descubrir a los antepasados que poblaron esas tierras.

Entre las historias que los turistas pueden conocer, se encuentra la de la denominación de la propia represa que recibe su nombre de la unión de las palabras “piedra” y “sonido” en el idioma guaraní.

El apelativo rinde homenaje a la palabra que utilizaban los pobladores locales para mencionar la cantera de piedra sobre la que pasaba el río Paraná originalmente y de la que se extrajo el material para construir la presa.

Junto a las instalaciones de Itaipú se encuentra la Costanera de Hernandarias, una gran avenida habilitada al público para que pueda disfrutar de distintas alternativas de ocio, cultura y gastronomía. Abierta desde las 6 de la mañana hasta las 10 de la noche, es el escenario habitual de ferias, presentaciones artísticas o sesiones de cine al aire libre que congregan a miles de turistas.

Todos estos ingredientes han convertido a Itaipú en un atractivo turístico que cada año supera sus récords de turistas y que se ha confirmado como una de las paradas obligadas para los visitantes que acuden a Paraguay o a Brasil. 

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