El paracaidismo es una actividad que surge a partir de la existencia de plataformas aéreas, por la permanente inquietud de algunos aventureros que comenzaron a realizar los primeros lanzamientos desde los globos de aire caliente.
El paracaídas fue creado en el siglo XV por Leonardo Da Vinci, pintor, escultor, matemático, científico, ingeniero, diseñador y constructor de muchos aparatos. Estudió el vuelo de los pájaros y sacó conclusiones que hasta hoy son consideradas básicas en la ciencia aeronáutica.
El paracaídas que Da Vinci diseñó era de forma piramidal. Su idea original era crear un aparato que sirviera a las personas atrapadas en un edificio alto en llamas. Aunque no sabemos si probó este paracaídas, muchos lo consideran como el padre del paracaidismo.
Desde el siglo XVIII hasta principios del XX, el paracaídas sufrió varias mejoras, especialmente en su mecanismo de apertura, pero siempre conservando su forma original de semiesfera.
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En 1785, Jean Pierre Blanchard, francés dedicado a volar en globo, diseñó y construyó el primer paracaídas con cúpula de seda que se podía empacar. Hasta esa fecha, todos los paracaídas eran construidos con un armazón, que mantenía la cúpula abierta. En 1793, él saltó desde un globo y se quebró las dos piernas, según los informes de varios sitios de internet.
Existen diversas versiones acerca de quién fue el primer hombre en saltar en paracaídas. Pero el primer salto de exhibición indiscutido se produjo el 27 de octubre de 1797, cuando André Jacques Garnerin saltó desde su globo sobre París. Su esposa, Geneviève Labrosse, fue la primera mujer que saltó en paracaídas, en 1798. Su sobrina Elisa saltó 40 veces entre 1815 y 1836, según los registros.
El primer hombre que usó el paracaídas como salvavidas fue Judaki Kuparento, quien en 1808 saltó sobre Varsovia desde su globo que se estaba incendiando.
En la guerra
La Primera Guerra Mundial marcó una gran evolución en esta actividad, dada la necesidad de las Fuerzas Armadas de contar con una forma rápida para descargar hombres y materiales en los campos de batalla.
Tras el choque bélico proliferaron los saltos con más espectacularidad, a pesar de las desordenadas caídas libres que se realizaban, y se comenzó a utilizar el paracaídas con otros fines por la facilidad de acceso que brindaba para llegar a zonas inhóspitas. Comenzaron a realizarse lanzamientos en territorios afectados por incendios forestales para llegar a los focos del fuego, o a lanzar médicos en lugares donde eran necesitados con urgencia. Estas prácticas comenzaron en la Unión Soviética y luego se extendieron a Europa y Estados Unidos.
En la década del 30 fue realizado en Moscú el primer lanzamiento deportivo, ya que varios paracaidistas saltaron con el fin de aproximarse a un blanco prefijado.
Hoy la tecnología brinda equipos y accesorios cada día más confiables como paracaídas rectangulares, altímetros electrónicos y abridores automáticos de emergencia, que los convierte en una práctica más segura.