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Cuando el productor rural asume la problemática del periodo de crisis forrajera en invierno y aplica las debidas prácticas agrícolas, la producción animal puede sortear sin problemas dicho periodo. En este material les contamos cómo el productor Nery Quintana logró superar la situación, utilizando nabo forrajero (Brassica napus) y la avena negra (Avena sativa).
Esta experiencia a campo fue realizada en la compañía Tacurú pytá, distrito Isla Umbú, Ñeembucú, donde el señor Quintana se dedica a la producción de leche.
El mismo ha utilizado dos cultivos invernales, que son el nabo forrajero y la avena negra para alimentar a sus animales, situación que le permitió no disminuir significativamente su producción; lograr una oferta forrajera en calidad y cantidad y pasar el periodo invernal crítico, con tantas heladas, sin grandes sobresaltos.
También sus animales de engorde hacen uso de estos recursos en algún momento, ya sea segando las especies, o en pastoreo directo. De las dos maneras, se consigue un consumo óptimo por la palatabilidad de las especies y por su utilización en forma y momento apropiados, el cual corresponde a los 70 días después de la siembra; y con densidades de siembra recomendadas de 100 kg/ha, en el caso de la avena y 10 kg/ha en el caso del nabo.
USO DE HUMUS
Si bien la producción de leche y carne representan los pilares para lograr el sustento y su crecimiento, a esto se suman los rubros de autoconsumo. Sin embargo, esto tiene como base principal la utilización de humus de lombriz, que ha demostrado una enorme efectividad como fertilizante y como mejorador de suelo. Este humus está distribuido en forma sistemática para llegar a todas las parcelas de la finca.
La mentalidad conservacionista de la familia Quintana se plasma en el cultivo permanente de especies de árboles frutales como cítricos, especies forestales nativas, siembra directa, uso de abonos verdes; todos con el fin de proteger el suelo y el medio que lo rodea. Gonzalo, uno de los hijos de la familia, está basando su tesis de grado en el uso de la avena negra como recuperador de suelo. Es nuestro deseo que siga los pasos de sus padres: se quede en el campo y aporte sus conocimientos al desarrollo rural.
(*) Técnico especialista en Desarrollo Rural.
Esta experiencia a campo fue realizada en la compañía Tacurú pytá, distrito Isla Umbú, Ñeembucú, donde el señor Quintana se dedica a la producción de leche.
El mismo ha utilizado dos cultivos invernales, que son el nabo forrajero y la avena negra para alimentar a sus animales, situación que le permitió no disminuir significativamente su producción; lograr una oferta forrajera en calidad y cantidad y pasar el periodo invernal crítico, con tantas heladas, sin grandes sobresaltos.
También sus animales de engorde hacen uso de estos recursos en algún momento, ya sea segando las especies, o en pastoreo directo. De las dos maneras, se consigue un consumo óptimo por la palatabilidad de las especies y por su utilización en forma y momento apropiados, el cual corresponde a los 70 días después de la siembra; y con densidades de siembra recomendadas de 100 kg/ha, en el caso de la avena y 10 kg/ha en el caso del nabo.
USO DE HUMUS
Si bien la producción de leche y carne representan los pilares para lograr el sustento y su crecimiento, a esto se suman los rubros de autoconsumo. Sin embargo, esto tiene como base principal la utilización de humus de lombriz, que ha demostrado una enorme efectividad como fertilizante y como mejorador de suelo. Este humus está distribuido en forma sistemática para llegar a todas las parcelas de la finca.
La mentalidad conservacionista de la familia Quintana se plasma en el cultivo permanente de especies de árboles frutales como cítricos, especies forestales nativas, siembra directa, uso de abonos verdes; todos con el fin de proteger el suelo y el medio que lo rodea. Gonzalo, uno de los hijos de la familia, está basando su tesis de grado en el uso de la avena negra como recuperador de suelo. Es nuestro deseo que siga los pasos de sus padres: se quede en el campo y aporte sus conocimientos al desarrollo rural.
(*) Técnico especialista en Desarrollo Rural.