El Ciclón destruye La Huerta

El “Guma” se regaló en casa

Libertad es una potente máquina, con un conductor limitado. El plantel necesita un orientador como mínimo de su misma jerarquía. Presentar un equipo con cuatro laterales en un choque decisivo fue aberrante, un claro mensaje de excesivo respeto hacia el rival (hasta de temor), jugando en casa, aún con buena ventaja en la clasificación, a esta altura esfumada.

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El partido iba parejo hasta que Iturbe lo desniveló con un golazo. Potente disparo de zurda desde fuera del área, levemente desviado en Viera.

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El macizo elenco visitante lograba la primera misión quebrar la valla adversaria. La siguiente era mantener su portería en cero, una característica desde la llegada de Manolo Jiménez.

El “Guma” acusó el impacto y cuando recobró la normalidad, intentó sin éxito llegar a la paridad en la fracción inicial, que fue cerrada con la mínima ventaja azulgrana, producto de una mayor ambición.

Apenas iniciada la complementaria, Libertad tuvo su efímero momento que le permitió llegar a la igualdad, con el envío aéreo de Caballer y el doble cabezazo en el área de Espinoza y Óscar Cardozo para la definición del mundialista de 40 años.

Cerro actuó con naturalidad, proponiendo un juego claro en comparación al “Guma” que fue moviendo piezas sin encontrar un equilibrio. Un elenco desconcertante, que cambiaba de esquema en cada momento sin tener un rumbo fijo.

Fórmula repetida. Con un envío de Pachi Carrizo, esta vez por elevación, volvió a anotar el inspirado Iturbe, quien posteriormente asistió a Cecilio Domínguez para la tercera conversión del Ciclón, que hasta tuvo la ocasión de triunfar por goleada, porque el dueño de casa se caía a pedazos de manera poco creíble.

Libertad fue una lágrima. Teniendo tanta riqueza, no tuvo respuestas para hacer frente al planteamiento de Manolo, quien le dio una imagen totalmente distinta a Cerro Porteño. Y los resultados están a la vista.

Manolo Jiménez: “Estábamos a once puntos”

“Estábamos a once puntos virtuales de Libertad”, expresó el entrenador de Cerro Porteño, Manolo Jiménez (60), destacando la racha de siete triunfos seguidos del Ciclón en el Apertura, seis bajo su conducción.

“Se puede perder, empatar, pero la intensidad es inegociable”, mencionó el español, quien considera que el factor clave del buen presente azulgrana es la generosa entrega de sus dirigidos. “Hemos tenido partidos buenos y menos buenos, pero la línea del equipo ha sido siempre salir a ganar”, añadió el conductor azulgrana, quien ya palpita con el clásico contra Olimpia.

El arquero liberteño Rodrigo Mario Morínigo (25), de buena actuación, indicó que “es difícil afrontar todo esto, porque veníamos punteros solitos. Queríamos la victoria para irnos más adelante, pero bueno, falta mucho todavía, toca trabajar; dependemos de nosotros todavía”, señaló el sustituto del lesionado Martín Silva.