“Había la posibilidad de ir también a la MLS, donde está Brahian Ojeda, en el Real Salt Lake, ahí había la posibilidad de ir, era compra también porque Talleres de Córdoba solo me quería dar así, no quería préstamo ni nada. Y elegí Cerro Porteño porque tomé la decisión de venir acá, porque iba a tener también la posibilidad de pelear un puesto en el club y también de estar más cerca de la selección, pese a que hay varios que dicen que jugar en el fútbol paraguayo es un retroceso”, explicó.
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El lateral desmintió que regresar al país sea un paso atrás y destacó la importancia de la confianza personal por sobre la liga en la que se compita. “En este caso yo diría que no es retroceso, porque de hecho que de por ahí hay que cambiar un poquito nuestro fútbol, ya que no hay esa intensidad que hay en la liga argentina, pero uno cuando juega es diferente, uno cuando está con confianza es diferente, por eso yo por ejemplo en el amistoso contra Estados Unidos, no me costó tanto la intensidad”, afirmó el futbolista.
El defensor itaugüeño enfatizó que el ritmo de juego actual le permitió rendir al máximo nivel con la Albirroja durante los compromisos internacionales de este año. “Yo trato de mantener también la intensidad y estaba con confianza y me salió todo bien, porque si yo venía sin jugar y entraba en ese partido, me iban a bailar, yo estaba con confianza, estaba con ritmo y entonces es diferente”, señaló sobre su presente físico.
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Sobre su pasado en Olimpia y su desembarco en el tradicional rival, el defensor abordó el tema con naturalidad y una necesaria autocrítica por declaraciones antiguas. “Creo que natural, porque esta es mi profesión, este es mi trabajo. Yo reconozco mi error cuando dije lo que dije (que no jugaría por Cerro Porteño), era un pendejito, inmaduro y cuando una persona es inmadura dice cualquier cosa, eso fue lo que realmente me pasó y estoy muy arrepentido de eso, porque lo que más amo es jugar al fútbol y yo no cerraría las puertas a ningún club”, confesó.
El jugador destacó que su madurez actual como padre de familia le permite ver su carrera desde una perspectiva mucho más profesional y responsable que antes. “Me re arrepiento de eso, uno cuando ya es maduro, como hoy en día, soy padre de familia, me arrepiento bastante, incluso a veces me avergüenza, porque este es un trabajo que amo”, manifestó con sinceridad. El futbolista cerrista reconoció que sus palabras de juventud fueron un error propio de la falta de experiencia en el medio.
Finalmente, se refirió al cambio de actitud de la hinchada azulgrana, que pasó de las críticas más feroces a una aceptación total gracias a sus buenas actuaciones. “Yo muchísimos mensajes recibía de la hinchada de Cerro Porteño, puteándome, diciéndome ‘jugador acabado’. Pero ahora, entre los mensajes que recibo, ese que más me puteaba, ahora me dice ‘te amo ídolo’”, concluyó entre risas el premiado lateral. Su rendimiento en la cancha logró transformar los insultos en una relación de afecto y respeto con la exigente grada de Barrio Obrero.
