Desde el inicio del encuentro, quedó claro que el plantel platense jugaba con una motivación extra. Tras el primer gol del León, Lucas Alario protagonizó la imagen de la tarde al celebrar la anotación agitando la camiseta del lateral paraguayo Santiago Arzamendia frente a la tribuna. Este tributo espontáneo del delantero no solo fue un mensaje de aliento para el defensor, sino que evidenció la fuerte unión interna y el respeto que el paraguayo se ganó en el vestuario a base de rendimiento y compañerismo.
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El momento de la premiación elevó la carga emotiva al máximo nivel. A pesar de las dificultades para desplazarse, Arzamendia encabezó la fila de jugadores para recibir su medalla de campeón, avanzando con la ayuda de sus muletas mientras recibía el aplauso de sus pares. El gesto definitivo de liderazgo llegó por parte del capitán Santiago Ascacibar, quien al momento de alzar el trofeo, buscó al paraguayo para que ambos, de manera conjunta, levantaran la copa ante la ovación de la hinchada del “pincharrata”.
Con esta victoria de 2-1, Santiago Arzamendia cierra una semana de ensueño en lo deportivo, acumulando dos títulos con Estudiantes en un periodo de tiempo sumamente corto. Aunque ahora le toca afrontar un largo proceso de recuperación fuera de las canchas que además lo dejaría sin chances de disputar la Copa del Mundo 2026 con Paraguay, el defensor se despide de la temporada consolidado como una pieza fundamental del éxito del “pincha”, arropado por un club que lo hizo sentir protagonista del campeonato incluso desde la sanidad.
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