Cuando Brasil jugó y ganó al trote en el Defensores del Chaco, Junior Alonso fue el responsable de seguir a Neymar. La función de marca personal al mejor jugador del rival fue un fracaso, razón por la que es preferible no tratar de repetir el rol con Lionel Messi. Eduardo Berizzo descartó una persecución individual sobre el capitán de la Albiceleste. El entrenador, en concordancia conceptual con Mathías Villasanti, tiene otro plan para tratar de anular al ofensivo de 34 años.
“Lo primero que hay que contemplar de Messi es que el habilitador hacia él tenga presión. Si tiene capacidad de pase hacia él luego empiezas a sufrir lo mejor de Messi, que es el control, el contacto con la pelota, su aceleración, su dribling. Entonces, la presión para sus pasadores, sus abastecedores de pase tiene que ser alta, tiene que ser precisa y luego, cuando el encuentre el balón si encontrar cercanía en el uno contra uno, dos contra uno para que él no acelere el juego”, expresó el DT.
“Tiene un gran desequilibrio, sabemos quién es, tiene una gran capacidad de pase a los futbolistas que uno deja libre. Cuando uno imagina a Messi no tiene que imaginarlo a él mismo, a él solo, sino tiene que imaginar a como le dan el balón, a cómo se desmarcan a partir de él. Entonces confiamos en que una zona grupal, con un futbolista encima, con futbolista de apoyo pueda neutralizarlo”, agregó el técnico, que apunta más a los que rodean a Messi que el futbolista en sí.