La idea era presentar el nuevo tango que estos compositores se encuentran creando. El recital se inició así con una suite cargada de belleza llamada “Sofía y los sueños”, de Peralta.
Los seis movimientos de esta suite están inspirados en los personajes de la obra “Trescientos millones”, de Roberto Arlt. Con el tango como columna vertebral, el compositor fue desprendiendo así sonidos tanto intensos como irreverentes, con un ensamble muy comprometido en su ejecución.
Peralta en piano y dirección guió así por los entramados y oníricos pasajes de su suite, seguido por el sustancioso bandoneón de González Calo.
La gala siguió con el estreno mundial de “Bando y Banda”, de Ruggiero, con dirección de Juan Carlos Dos Santos. El bandoneón sonó aquí de manos de Daniel, para esta obra que requirió de vientos, dos violoncellos y un contrabajo. Fue una fascinante pieza de tres movimientos, donde sobre la vorágine de notas, Ruggiero sacaba de su instrumento una expresividad explosiva.
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A ratos solemne, pero en partes delirante, la pieza mostró el lenguaje propio en el que el compositor, hijo de Osvaldo Ruggiero, bucea con mucha originalidad y comodidad, planteando nuevos caminos para el tango.
La noche continuó con la frenética “Osvaldo y Osvaldo”, también de Daniel, donde este volvió a realizar una descarga de la robusta personalidad de su bandoneón.
Los argentinos y la OSN cerraron con “Variación”, una interesante creación de Peralta, que exuda toda la efervescencia y el dramatismo del tango, pero desde una mirada moderna. La interpretación honda y apasionada caló en el público, que regaló fuertes aplausos a este tango nuevo.
