Su estreno, el pasado viernes, se realizó a sala llena, y ante un público que disfrutó de la propuesta con libreto de Marcial Bordas y música de Florentín Giménez.
La puesta se sitúa en el mercado, donde una yuyera de nombre Asunción (Estefana Galeano) comparte con las demás personas que trabajan en el sitio, y a quienes cuenta una de sus principales preocupaciones, que es la de poder ayudar a su hijo para que pueda recibirse en la universidad.
Algunos actores se destacaron más en canto y otros en actuación. Una de las parejas protagonistas, la de Isabel (Carolina López) e Inocencio (Lucio Coronel), tuvo un buen desenvolvimiento musical, no así en lo actoral, ya que por momentos se los veía sobreactuados. En tanto Galeano en su papel de yuyera estuvo simpática, aunque al momento de cantar la voz sonaba un tanto estridente. El ensamble coral sonó muy bien, así como la orquesta dirigida por Luis Szarán.
Del elenco se destacó Blanca Navarro como Agripina, la vendedora de verduras, quien con un fluido guaraní y con una presencia en escena muy natural, arrancó en casi todo momento carcajadas de los presentes.
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La música se pasea entre los distintos géneros propios de nuestro país. Giménez logró captar la esencia del mensaje de la obra, de que con responsabilidad, trabajo y esfuerzo se pueden conquistar los objetivos. Todo esto se supo transmitir con alegres melodías.
Por otro lado, el guión en partes resultaba empalagoso, y algunas escenas quedaban muy largas, a veces con parlamentos extensos para llegar a dar un solo mensaje.
Cabe destacar que escenográficamente todo estuvo muy bien resuelto. En su totalidad fue una apuesta arriesgada, con varios detalles en el canto y la actuación que se podrían refinar.
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