Mulet estuvo dos días en Asunción, presentando su penúltimo libro, “Comer sin miedo” (Destino, 2014), y aprovechó para hablar de distintos temas con nuestra sección.
–¿Qué específicamente investiga?
–Investigo sobre tolerancia en frío y en sequía. Trato de buscar genes que, cuando se introducen en la planta, sean más resistentes al frío o a la sequía. Nos interesan, sobre todo, las plantas de cultivo.
–¿Existen muchos avances al respecto?
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–Es más complicado que, por ejemplo, la tolerancia a los insectos, a los herbicidas. Porque estos caracteres dependen de un único gen. En la tolerancia a la sequía o al frío la respuesta es diferente. No hay un gen mágico sino que son un montón de genes implicados.
–Pero ¿hay que buscar al gen específico?
–Sí, para desarrollar la tolerancia. No es un problema de solución única, sino que probablemente haya muchas soluciones. Ahora, la solución viene o por aumentar la síntesis de unas moléculas que favorezcan la retención de agua o por aumentar la ruta de defensa de las plantas contra la sequía a través de una respuesta hormonal.
–¿Se puede investigar hoy en España a pesar de la crisis económica?
–Cuesta muchísimo conseguir dinero porque se ha recortado por todas partes. El Estado recortó fondos. Si no tienes dinero no puedes publicar, si vas a buscar financiación en Europa partes desde una posición desventajosa. Compites con Alemania o Gran Bretaña, que no recortaron fondos a la investigación y que tienen un gran despliegue de recursos.
–¿Y el sector privado?
–La legislación europea es muy restrictiva en cuanto a los transgénicos. Ninguna empresa privada te dará dinero para investigar en biotecnología vegetal.
–¿Hay mucha desinformación con respecto a los organismos genéticamente modificados?
–Sí. Hemos heredado lo que pasaba con la energía nuclear. Una cosa es el debate social y otra el debate científico. Muchas veces la opinión que tiene la gente de la biotecnología no posee fundamentos. Los argumentos que se esgrimen no son ciertos. Por eso habemos biotecnólogos que hacemos divulgación. Hay mucho desconocimiento de la realidad del asunto.
–¿Existe más un discurso político que científico en torno a los transgénicos?
–El problema es que las organizaciones no gubernamentales funcionan como multinacionales. Habría que ver las cifras de dinero que manejan. Ellas tienen que motivar a la gente. Para vender una buena historia, necesitas un malo carismático. ¿Qué sería Star Wars sin Darth Vader o qué sería de Harry Potter sin Lord Voldemort?
Han construido a un malo: los transgénicos.
–¿No disminuyó la presión de los ecologistas en Europa?
–Sí. Llevan más de 20 años anunciando el apocalipsis, que nunca llega. Si en Europa está bajando la presión, en tres o cuatro años aquí también bajará la presión.
–Los ecologistas forman parte de un grupo de poder fuerte. ¿Dañaron en algún sentido a la biotecnología?
–Sí. Activaron en detrimento de la investigación y, especialmente, de los agricultores. Estos grupos consiguieron que Europa, que era un potencia en biotecnología vegetal, ahora sea irrelevante. El campo europeo está desapareciendo. Europa hoy importa el 30% de sus alimentos, y esta cifra sigue subiendo. Todo esto porque simplemente no puede competir con países que utilizan transgénicos.
–Acusó alguna vez a Greenpeace de hacer mucho daño a estudiantes de biotecnología, ¿por qué?
–Todo la información falsa que da sobre biotecnología acaba influyendo en la sociedad. Entonces las empresas no invierten en biotecnología vegetal porque todo está prohibido. Hoy los estudiantes de biotecnología tienen que ir a EE.UU. u otros países para trabajar.
–¿El ecologismo impactó negativamente en las universidades?
–Sí. De manera legal, gracias a esta corriente se dejaron de contar con fondos para investigaciones y, además, se sufrieron ataques directos a campos experimentales. En Europa tuvimos unos 50 ataques a centros de experimentos. Ellos deben entender que ningún científico tortura animales por gusto. En biotecnología de plantas ha habido ataques a invernaderos y campos experimentales, que retrasaron por varios años las investigaciones.
–¿Es peligroso que estos grupos presionen en Paraguay?
–Es peligroso. Están en medio de Argentina y Brasil, Paraguay no puede rechazar los transgénicos, debe competir de igual a igual con los grandes.
–Vinculan mucho al glifosato con el cáncer, ¿no hay datos que avalen esta denuncia?
–Es el malo útil, como los transgénicos. Hay herbicidas mucho más dañinos, hay cultivos que tienen más resistencia que la soja o el maíz, por ejemplo el trigo. El glifosato es el herbicida más usado en Europa: se usa en jardines, plazas, colegios, etc. Curiosamente, el glifosato solo produce cáncer en Sudamérica.
–¿Se diversificó la alimentación en los últimos años?
–Sí. Hay más intercambio y mejores formas de transportarlos. Hoy hay alimentos en zonas donde no existían. Esto último, motivado por la migración internacional. Si una variedad es mejor, todo el mundo la utiliza. De cara al consumir hay más variedad, pero de cara a la riqueza genética de la agricultura, hay menos.
–¿Se puede tener una dieta equilibrada siendo vegano o vegetariano?
–Sí, se puede. Los que comen carne y los que solo comen verduras pueden tener una dieta equilibrada. Pero los veganos tienen que cuidarse más, especialmente por la falta de vitamina B12 o con ciertos aminoácidos.
–¿Sirven las pastillas para adelgazar?
–No hay una pastilla para adelgazar. Se puede perder peso haciendo más ejercicios, comiendo menos y más equilibrado. Todos los nutrientes que necesitas los tiene que proveer tu dieta. Una anfetamina corta el apetito, que es una droga.
–También hay campañas pseudocientíficas que dicen que hay alimentos que curan el cáncer.
–Eso es absolutamente irresponsable. Ningún alimento cura el cáncer.
De químico a divulgador
José Miguel Mulet (1973) es licenciado en química y doctor en bioquímica y biología molecular por la Universidad Politécnica de Valencia UPV). Actualmente es profesor de biotecnología en la UPV y dirige una línea de investigación en el Instituto de Biología Molecular y Celular de Plantas.
Además de ello, se dedica a la divulgación científica, especialmente en las redes sociales. Su libro “Comer sin miedo” se presentó en Asunción recientemente.
equintana@abc.com.py
