La ANDE perdió más de US$ 100 millones por energía “no facturada”

La ANDE, según fuentes extraoficiales de la misma empresa, dispuso en 2017 de 15.649.818.694 kWh; sin embargo, facturó solo el 72,25 de ese total. ¿Qué pasó con los 4.341.392.734 kWh faltantes y que no facturó? Según se supo, la estatal los imputa a pérdida, pérdidas que demandaron a sus clientes más de US$ 100 millones ese año.

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Apuntemos que la cantidad imputada a pérdida o la energía “no facturada” por la ANDE equivale a la producción anual de cuatro centrales hidroeléctricas como Acaray, al 27,75% del todo el caudal de energía con el que contó para atender el consumo de su mercado, inclusive a ese barril sin fondo que etiquetó como “pérdida o energía no facturada”.

Comparaciones útiles

Si seguimos con las comparaciones, la suma de KWh no facturados por la empresa eléctrica estatal fue casi cuatro veces superior a la cantidad que retiró de la central paraguayo-argentina de Yacyretá en ese ejercicio; equivalente al 32% del total que trajo de Itaipú y a casi el 40% de la cantidad que KWh pudo facturar en ese año.

El usuario paga

Cualquier ciudadano paraguayo, especialmente el cliente de la ANDE, al conocer esta realidad, preguntaría quién paga ese 27,75% de energía no facturada, perdida o extraviada en el sistema de transmisión-transformación- distribución de la empresa eléctrica del Estado paraguayo. La respuesta, aunque indignante, es igualmente sencilla: lo paga el cliente o usuario.

Una vez más recurramos a los registros de la empresa eléctrica para apuntalar esta conclusión. En 2017, apuntábamos, la ANDE dispuso de 15.649.818.694 kWh.

La conformación de este extraordinario mar de unidades de energía (kWh) tuvo varios afluentes (valga la comparación).

Energía comprada (de Itaipú y Yacyretá) 14.690.779.100 kWh. Generación hidráulica propia (Acaray) 957.530.474 kWh. Térmica (con la quema de derivados del petróleo) 1.509.120 kWh.

Según nuestras fuentes, por esta cantidad de energía la empresa eléctrica pagó 2.345.481.496.797 guaraníes.

Costo unitario

Si dividimos la suma que pagó la ANDE en el ejercicio en cuestión por la cantidad de energía con la que dispuso concluiremos que el costo unitario, en definitiva un promedio de las tres facturas, fue de 149,87 guaraníes por kWh.

El aún presidente de la empresa eléctrica, Ing. Víctor Romero, había declarado recientemente que el costo de la ANDE en Itaipú es de alrededor de 155 guaraníes por kWh.

Visto que en 2017, la central hidroeléctrica paraguayo-brasileña cubrió el 93,19% del total que compró la ANDE, puede inferirse que el costo unitario de la ANDE que acabamos de demostrar, o sea G. 149,87/kWh, está muy cerca de la verdad.

Pérdida en dinero

No obstante, el drama, que ojalá no se convierta en tragedia, no termina con esta demostración.

En efecto, si multiplicamos el costo unitario de la empresa estatal que acabamos de demostrar por ese colosal subembalse (seguimos con las cotejos con pretensiones didácticas) que crearon con la cantidad de kWh extraviados en el sistema de la ANDE, estaríamos en condiciones también de estimar el costo de tan gravosa pérdida. La fórmula contendría entonces los siguientes factores: pérdida 2017 de la ANDE, multiplicada por el costo unitario 2017. Si la aplicamos, concluiremos que la energía no facturada o pérdida por la ANDE en 2017 trepa a US$ 118.514.486,2, según el tipo de cambio vigente ayer en el mercado minorista.

Hay pérdidas técnicas y por robos, explican

En 2017, la Administración Nacional de Electricidad dispuso de 15.649.818.694 kWh, mediante las cantidades que compró en Itaipú (93,19%) y Yacyretá (6,81%). Además de la aportada por Acaray y algunas usinas térmicas. De ese total, sin embargo, solo pudo facturar 11.308.425.960 kWh (72,25%) y no pudo facturar el 27,75% restante (4.341.392.960 kWh).

Esta enorme diferencia, según las fuentes de la ANDE, es imputada a “pérdida”, pero este extravío tiene un enorme costo, porque nadie regala energía: US$ 118.514.486,2, al tipo de cambio que regía ayer en el marcado cambiario, minorista, local.

Ante reiteradas consultas a los administradores de turno de la empresa eléctrica, recibimos esta respuesta: las pérdidas son técnicas, por ende, solo atenuables, y por robos de electricidad. Llamativamente, pese a las promocionadas campañas antirrobos de la estatal, en 2016 el nivel de pérdidas fue inferior: 25,7%.

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