“No sé si vamos a ingresar como galletitas porque para meter un producto terminado es muy difícil, pero sí podemos decir que vamos a meter el aceite y la harina y vamos a mostrarles lo que pueden hacer, porque tienen serios problemas con la diabetes y el consumo de gluten”, explicó.
Comentó que la chía llegó para quedarse. Afirmó que existen industrias a nivel mundial que invirtieron millones de dólares para diseñar etiquetas e incluirla dentro de su formulación. Los paraguayos mismos consumen más chía. Hay yogures, batidos y galletitas que la incorporan. “Eso no se cambia de la noche a la mañana”.
Explicó que la producción de chía crecía en diferentes puntos del país. La caída de la cotización del maíz en los años 2012 y 2013 hizo que se lo viese como más rentable para la zafriña (fuera de la época tradicional de cultivo primavera-verano). Fue así que Paraguay se posicionó entre los cinco mayores productores de chía a nivel mundial. Según estimaciones de Arturo Fernández, inclusive se llegó a tener más de 30.000 toneladas.
“La chía llegó a valer inclusive G. 20.000 el kilo, era una locura, muy bien por eso, pero vale cuatro veces menos. Bajó a G. 5.000 el kilo, con señales de que se estabilizó”, sostuvo.
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