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Sostuvo que estos ajustes deben ser más periódicos, de entre 5 a 10 años a lo sumo.
La semana pasada el BCP dio a conocer los resultados del cambio de año base, que tuvo como principales impacto el incremento del 30% en el valor de la economía, pasando el PIB total de US$ 27.645 millones a US$ 36.282 millones en el 2016, mientras que el PIB per cápita pasó de US$ 4.033 a US$ 5.303.
Sin embargo, al actualizar estas cifras, también se afectó el ratio de la deuda, que bajó del 22,8% al 17,4% al 2016, y dejó mayor margen en el déficit fiscal.
Según Facetti, este nuevo año base toma en cuenta el desarrollo del sector de industrias y servicios y la relevancia de los mismos en el desarrollo de la economía nacional. Antes, el PIB estaba basado netamente en el sector agropecuario, cuya medición ahora ha sufrido transformaciones. Por ejemplo, el ganado antes se contabilizaba por cabezas, ahora se contabiliza por kilos, detalló el legislador que años atrás ocupó un cargo en el directorio de la banca matriz.
El senador sostiene en ese sentido que este nuevo sistema de actualización permite un sinceramiento de la economía, con impactos en los valores de producción que también traen un efecto inmediato en la presión tributaria, que queda muy abajo de lo que ya estaba antes de estos ajustes.
Al comparar sobre el volumen de ingresos fiscales, el porcentaje de la presión tributaria se redujo del 12,5% que alcanzó en 2016, hasta el 9,6%, según los datos que dieron a conocer esta semana.
Con esta nueva cifra, Paraguay queda entre los países con menor presión tributaria en la región, ya que el promedio está en alrededor del 17%.
Referentes del Banco Central confirmaron que esta semana presentarán los resultados de la actualización del PIB a analistas y economistas externos a fin de socializar los datos económicos.