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BUENOS AIRES (EFE). El gobernante argentino, que sucedió en el cargo a Cristina Fernández de Kirchner, reveló la puesta en marcha de tres medidas de ajuste que afectarán en distintos sentidos a la estructura del Gobierno.
El anuncio tiene lugar luego de que el país registrara un amplio déficit comercial y un resultado fiscal primario negativo de US$ 21.670 millones en el 2017.
El más fuerte de los recortes estará dirigido a los cargos políticos, ya que se reducirán en un 25%, lo que supondrá cerca de 1.000 despidos y “un ahorro” de 1.500 millones de pesos (US$ 75 millones).
Además, Macri comunicó que en todo 2018 no habrá negociaciones salariales para los funcionarios con puestos políticos, por lo que su sueldo no aumentará en un año en el que el propio Ejecutivo marcó una meta de inflación del 15%.
El último anuncio fue que también firmará un decreto para hacer frente al nepotismo, es decir para que ningún ministro pueda tener familiares dentro del Gobierno, algo que, admitió, le costará perder colaboradores “muy valiosos”, pero que está en línea con su idea de lograr “un país más transparente”.
Esta medida la tomó tras la polémica despertada en los últimos días en torno al ministro de Trabajo, Jorge Triaca, después de que se filtrara un audio en el que se le escucha insultar a una exempleada doméstica que aseguró haber trabajado de forma irregular para su familia entre 2012 y 2015.
Macri destacó que busca crear “estructuras nuevas” que ayuden a tener “un Estado más ágil, más atento, más preparado” y alejado del que se encontró cuando llegó al poder, en diciembre de 2015, que, en su opinión, era “una maraña burocrática”, “demasiado vertical” y “jerárquica”.
La secretaria de Organización del Consejo Directivo Nacional de la ATE, Silvia León, consideró que las medidas no tienen un impacto real en el Estado.
Con ella coincidió el secretario general de la Central de Trabajadores de Argentina (CTA) Autónoma, Pablo Micheli, al apuntar que este tipo de medidas sirven para “mejorar la imagen” del Ejecutivo pero, a la hora de ponerlas en marcha, “quedan en el olvido”, “después no se concretan”, criticó.