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“Durante el encuentro, las partes registraron avances en los temas que integran el futuro acuerdo”, señaló un comunicado de Itamaraty, que indica que la próxima ronda tendrá lugar en Santiago del 7 al 10 de agosto.
La lista de temas es vasta: comercio de servicios, comercio electrónico, telecomunicaciones, medidas sanitarias y fitosanitarias, facilitación del comercio, coherencia regulatoria, cooperación económico-comercial, política de competencia, comercio y género, comercio y asuntos laborales, comercio y medio ambiente, asuntos institucionales y solución de controversias.
Una fuente diplomática explicó a la AFP que las negociaciones abordan exclusivamente “materias no arancelarias” y que “el reto es el marco regulatorio”.
Explicó que por eso no se requiere la anuencia de los socios de Brasil en el Mercosur -Argentina, Paraguay y Uruguay- para el acuerdo. Chile es país asociado al Mercosur con el que tiene además un acuerdo de servicios. Recordó que desde 2014 los socios del bloque completaron con Chile la liberación arancelaria a través de un Acuerdo de Complementación Económica (ACE 35), que se negocia a través de la Asociación Latinoamericana de Integración (Aladi), firmado en 1996 y que incluyó un cronograma de desgravación arancelario.
Las negociaciones con el país andino “se inscriben en la iniciativa de los países del Mercosur de acercarse a la Alianza del Pacífico”, dijo la fuente, que pidió no ser identificada.
Ya está lista “la hoja de ruta para avanzar en temas no arancelarios con los países de la Alianza del Pacífico, fijando acciones para temas no arancelarios también, porque ya avanzamos bastante en materia arancelaria” , indicó.
“Tenemos virtualmente un área de libre comercio en toda la región”, destacó. “La coyuntura internacional fomenta el acercamiento y la integración de la región como respuesta estratégica al resurgimiento del proteccionismo”, apuntó la fuente, en alusión a la nueva política comercial de Estados Unidos.