“La esencia política del sistema no ha cambiado, pero se están produciendo cambios a nivel social y económico pequeños que van a ir creciendo y que al final van a modificar la estructura política”, afirmó Padura.
Para el autor de “El hombre que amaba a los perros”, entre los cambios más profundos está la medida que permite el trabajo privado y la ley migratoria “que permite a cubanos salir del país por elección propia”, luego de décadas de tener que pedir permiso al gobierno para hacerlo... o escapar.
Pocos cambios
Padura opina que quedan “muchas tareas por cumplir”, como resolver “la existencia de dos monedas, que hace que las relaciones económicas estén completamente deformadas” y se muestra convencido de que hasta que las estructuras económicas “no recuperen una lógica, ningún intento de cambio de carácter político o social va a funcionar”.
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El escritor cree que los cambios que vive la isla aún no se reflejan en la literatura cubana, pero matiza que esta ha cambiado desde los años noventa tiene “un carácter eminentemente crítico, no solo por los que escriben y viven fuera de Cuba, sino también por los que están dentro de Cuba”.
Opinión crítica
La voluntad crítica va acompañada de la apertura de espacios de reflexión y debate, señala Padura, tanto en revistas como “Temas” y “Espacio Laical” como a través de la blogosfera.
“Hay un grupo grande de bloggers que son mujeres y se discute mucho sobre los conflictos raciales o sobre la violencia contra la mujer”, explica el novelista.
Machismo
El de la violencia de género –prosigue– es un tema ausente “en la prensa oficial, pero es un problema que existe porque tiene que ver con una concepción de familia y una educación machista metida en el tuétano de las personas” que, a su juicio, “es muy española”.
Literatura
Padura confiesa que a lo largo de su vida ha tratado de “mantenerse lo más alejado posible de la política” y cuando en sus novelas hay una denuncia política “que surja del desarrollo de la obra literaria y no que la obra literaria parta de la intención de la denuncia política”.
Padura lamenta “la gran incomunicación que existe entre los escritores latinoamericanos y sus obras” y cree que “si no pasan por España cuesta tener una visión de conjunto”.
Sin embargo, cree que “la crisis española y la crisis del mundo del libro ofrecen una oportunidad para, a través de editoriales, festivales literarios y encuentros, entablar una mayor comunicación entre los autores latinoamericanos”.
