La justicia brasileña le invitó ayer “cordialmente” a Achecé a declarar sobre supuestos delitos de lavado de dinero. Con razón que de repente le surgieron las ganas de reunirse con el Nº 1.
Parece que la fiscala general Sandra Quiñónez se tomó en serio la recomendación de lavarse las manos por el covid-19. Lo mismo está haciendo con las groseras declaraciones juradas de políticos.
Mientras los “corsarios” del operativo “po pindá” se llevan todo lo que queda, los beneficiarios de programas “migajas” forman fila, humillados para llevar un kilo de arroz o un plato de puchero.