#Ni un alumno ni alumna menos!

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Como una bofetada a la propaganda oficial de que la educación es gratuita en Paraguay, en los últimos días decenas de denuncias sobre cobros irregulares a la hora de la matriculación o la entrega de libretas en instituciones educativas públicas se presentaron en el Ministerio de Educación y Ciencias (MEC), a cargo de Eduardo Petta. Paralelamente el mismo ministro celebraba que el índice de deserción escolar haya bajado apenas 1,4 punto porcentual en dos periodos (según sus datos oficiales) y que menos del 50% de los alumnos (4 de 10 estudiantes) pueda culminar sus 12 años de estudio. Decía él que la tasa de egreso es actualmente del 46% y que se está por alcanzar el 50%, algo que históricamente nunca ocurrió en el país.

Los papeles y los discursos aguantan todo. Pero por un lado la ínfima reducción de la deserción y el aumento de egresados podría leerse como un crecimiento vegetativo, mientras por otro lado la consigna desde el Ministerio de Educación debió ser desde el principio #Ni un alumno ni una alumna menos!

Ante la avalancha de cobros en instituciones educativas públicas, el MEC informó que ya giró a escuelas y colegios G. 56.000 millones de fondos de Gratuidad y que en los próximos días girará los G. 3.000 millones que faltan para completar lo presupuestado para este año. Son en total G. 59.000 millones, sólo que eso se distribuye entre 9.233 escuelas y colegios para satisfacer las necesidades de unos 1.139.709 estudiantes. En realidad, las escuelas perciben anualmente unos G. 25.000 por alumno de la Escolar Básica y ese monto debe alcanzar para tizas, artículos de limpieza, reparación de fluorescentes, etcétera. Y por si fuera poco, el dinero se gira tarde. Estamos en diciembre y parte del segundo desembolso no se hizo.

Con la necesidad de pagar limpiadoras, guardias de seguridad, docentes reemplazantes, agua mineral y otros gastos que no se incluyen en la “gratuidad”, las cooperadoras escolares piden aportes todo el año y en el momento de la matriculación y el retiro de libretas, insisten en el “aporte voluntario”. Una infinidad de conflictos se presentan entonces porque el MEC también falla en el acompañamiento más cercano que debería hacer al funcionamiento de estas cooperadoras. Todo porque el Estado ordena que la educación sea gratuita, pero no lo garantiza.

Y esta es una de las principales razones de la deserción. Los chicos dejan la escuela porque no tienen recursos económicos, deben trabajar donde y como sea, el dinero no alcanza. En los departamentos con mayor pobreza e inseguridad, como Presidente Hayes y Amambay, la deserción es mayor.

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En vez de pintar una gestión “de maravillas”, debería considerar el MEC una seria campaña de #DeserciónCero, #TasadeEgreso100% #NiUnaAlumnaMenos, #NiUnAlumnoMenos.

mariana.ladaga@abc.com.py