¿Qué pasa con el CONEC?

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El 24 de enero de 2017 se promulgó la Ley Orgánica del MEC. El mismo día, por mandato de la misma ley en su artículo 101 desapareció automáticamente el Consejo Nacional de Educación y Cultura (CONEC), para dar paso a la creación de un nuevo consejo, llamado Consejo Nacional de Educación y Ciencias con las mismas características y funciones salvo algunas ligeras variantes, definidas en dicha ley (Art. 21-25).

El entonces ministro de Educación Dr. Enrique Riera no tuvo tiempo de crear el nuevo CONEC porque pocas semanas después, para candidatarse a senador, renunció al cargo de ministro.

Su sucesor, el ministro Raúl Aguilera, se sintió interino en las pocas semanas que quedaban para las elecciones y pocos meses para el cambio de gobierno y consideró que era más razonable dejar al próximo ministro la oportunidad de elegir su propio consejo y no dárselo hecho anticipadamente. En consecuencia, no creó el nuevo CONEC.

Desde el 15 de agosto del 2017, el actual ministro de Educación y Ciencias, Eduardo Petta, hasta la fecha sigue sin cumplir el mandato de la Ley Orgánica del MEC.

La existencia del CONEC está exigida también por la Ley General de Educación, número 1264/98 promulgada en mayo de 1998. Y dicho Consejo está exigido además por la Ley de Educación Superior número 4995 de 2013, en la cual se le da al CONEC una nueva función, la de ser miembro nato del Consejo Nacional de Educación Superior (CONES).

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El Consejo Nacional de Educación y Ciencias es el primer Órgano Consultivo del MEC según la Ley Orgánica (art. 21), es principalmente un Consejo del Ministro, puesto que el ministro es el único miembro nato del mismo y también es por ley su presidente. Los demás miembros de dicho Consejo son elegidos por el ministro, propuestos por él al Presidente de la República, quien los nombra previo pase por las Comisiones de Educación de las dos Cámaras del Congreso. Por ser una institución del Estado está financiado por el Ministerio de Hacienda con el Presupuesto de Gastos de la Nación. Cuenta con un equipo de funcionarios propios del CONEC, cuya financiación está incluida en dicho Presupuesto de la Nación.

Este equipo de profesionales funcionarios del Estado está al servicio de los Consejeros y de su Presidente, el ministro de turno. Aunque desde enero de 2017 desaparecieron los consejeros, el equipo sigue existiendo.

Ante estos hechos, resulta imposible comprender por qué el ministro no ha creado el CONEC. Está obligado por el mandato de tres leyes, tiene en sus manos y pagados a todos los consejeros y todos sus respectivos profesionales funcionarios y a su disposición porque él es su Presidente, él elige y propone a quienes él quiera.

Al no poner en marcha el CONEC, priva al sistema educativo de una institución del Estado, semejante a la que tienen con nombres parecidos la mayoría de los países, se priva él de un consejo de alto nivel académico e intelectual, como exigen las leyes para su composición.

Lo más grave es que no cumple las leyes siendo nada menos que Ministro de Educación, responsable de la educación ética y cívica, que ha jurado cumplir y hacer cumplir las leyes y con su ejemplo enseña que se puede no cumplir las leyes y ser ministro.

Si el ministro y sus colaboradores inmediatos piensan que no debe existir el CONEC tienen un camino legal: elaborar un proyecto de ley en cuyo texto se eliminen todos los artículos referidos al CONEC en las leyes vigentes y cerrar definitivamente el CONEC por ley. Redactado dicho proyecto de ley presentarlo al Congreso por cualquiera de las Cámaras y convencer a los legisladores con argumentos que justifiquen su deseo. Lo inadmisible es que en el MEC no se cumplan las leyes.

Los hechos citados son públicos. Teóricamente su calificación es grave. Todos sabemos que no cumplir la ley es delito y quien jura cumplirla y no la cumple es perjuro. Pero no soy juez y ni siquiera eso sería lo más grave.

Lo más grave, por su trascendencia, es que el Gobierno y ciertas instituciones del Estado siguen sin tomarse en serio la educación.

jmonterotirado@gmail.com