Este es el momento de decirles a nuestros gobernantes que les tomamos la palabra y el desafío en toda su dimensión. No solamente para hacer lo que nos ordenan o recomiendan, sino también para controlar qué hacen con cada guaraní entregado para hacer frente a las batallas.
Hemos otorgado un cheque en blanco con la premisa de que –hasta ahora– hemos visto inteligencia y estrategias que ¡están dando resultado! Pero que nadie asuma que esto es un semáforo verde para las habituales recaudaciones de bolsillos privados y públicos.
Que se quiten de la cabeza.
Cuando pase el huracán y descubramos que surgieron millonarios del virus, habrá un país en pie de guerra. Hemos aprendido con el dolor de nuestros enfermos y muertos que TODO lo que siempre nos robaron eran las terapias intensivas que no tenemos, los hospitales que nos faltan, los respiradores que no existen, el personal de salud mal pagado y la falta de medicamentos y comidas para familias más vulnerables.
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Uno de los primeros anuncios realizados en marzo es que el control de las DONACIONES se haría con una alianza público-privada. Este anuncio despertó inquietudes porque está conformado por instituciones que NO están obligadas a la transparencia pública que se exige a las instituciones del Estado.
Mencionaron al Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD, una organización con la cual la prensa ha tenido serios problemas para recibir transparencia en programas ejecutados anteriormente); la organización no gubernamental Red Pacto Global, integrada por empresas; la organización no gubernamental CIRD (Centro de Información y Recursos para el Desarrollo) y la Comisión ODS Paraguay. La coordinación del equipo se anunció estaría conformada por representantes de Salud Pública, Hacienda, Emergencia Nacional y las oenegé.
Por su parte, para el control de los GASTOS PÚBLICOS se firmó una alianza encabezada por la Contraloría General de la República, la Secretaría Nacional Anticorrupción y la Auditoría del Poder Ejecutivo. Este último equipo prometió una plataforma donde subirán en tiempo casi real los gastos que se vayan ejecutando para que todos podamos monitorear.
Sepan que controlaremos cada guaraní que se gaste porque estamos endeudándonos por un par de generaciones. Estos préstamos multimillonarios lo pagaremos todos: quienes se han quedado sin trabajo, quienes aún no reciben los víveres ni los giros; aquellos a quienes se les pidió que se queden, y se quedaron con la fe puesta en que el sistema no les haría faltar nada.
Se nos ha dicho que esto es una guerra que todos debemos pelear. En las guerras se premia a los héroes, los estrategas, los combatientes, quienes arriesgan sus vidas y quienes caen defendiendo a los demás.
Pero las guerras también castigan caro la traición a la patria. Mejor que lo vayan sabiendo todos los que estén calculando cómo quedarse con dinero público a costa de la enfermedad y la muerte. No hace falta ser adivino: Cuando esto pase, habrá un Paraguay distinto, mucho más intolerante con los corruptos y con el robo del dinero público porque hoy estamos viendo, con dolor e impotencia, que ¡EL DINERO QUE NOS ROBARON ES EL QUE NOS FALTA!