Para nada es justo, el hacinamiento de pacientes que pasan horas y horas de espera, primero para conseguir turno y luego para ser atendidos.
Los asegurados son atendidos en consultorios fríos, llenos de humedad en los pisos, paredes y techos, y con muy poca iluminación, mientras esperan la prometida inauguración del nuevo edificio en construcción, en el mismo predio. En principio fue anunciado para setiembre del año pasado, luego para diciembre y ahora se habla de que sería el 15 de agosto de este año, coincidentemente con las campañas proselitistas con miras a las elecciones de 2018.
Es injusto el deficiente servicio y la falta de más profesionales especializados, como cardiólogo infantil, otorrinolaringólogos, clínicos y pediatras.
Es muy injusto, que en muchas ocasiones, los asegurados deban realizar vanos viajes de decenas de kilómetros para ser atendidos por especialistas y se encuentren con la sorpresa de que los médicos no aparecen porque “están con permiso o de vacaciones”.
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Mientras estas injusticias se cometen, y se alegan falta de recursos, el IPS pretende otorgar un préstamo con intereses irrisorios a Tigo. En lugar de invertir para mejorar los servicios de la previsional, entre cuatro paredes los directivos deciden entregar dinero de los aseguraros.
¿Alguien está totalmente seguro de que esos recursos retornarán y generarán ganancias?
Es momento de que los directivos del IPS dejen de hacer uso y abuso del dinero obtenido con el aporte de los contribuyentes. De lo contrario la injusticia seguirá siendo una amenaza.
sara.fleitas@abc.com.py