Hoy es el día en que cada ciudadano tendrá en sus manos la decisión consciente y responsable de depositar su voto para el nuevo candidato o por el continuismo, cuyo aspirante quiere seguir administrando unos G. 5.000 millones al año.
Noguera prometió mucho, pero cumplió con muy poco. Prometió apoyo al Centro de Salud, pero el Consejo de Salud hace diez meses no recibe los G. 18 millones que le corresponde en concepto de aporte de Fondo Equidad del Ministerio de Salud. Este organismo no rindió cuentas en tiempo y forma, lo que significó una pérdida de G. 180 millones para los sectores más desprotegidos.
En 5 años, solo realizó una audiencia pública, lo que pone en dudas la transparencia en gestión.
El haberle negado a la ciudadanía su legítimo derecho de acceso a la información pública –como el listado de funcionarios y sus respectivos salarios– el presupuesto que manejó durante esos cinco años y el destino que le dio a los más de G. 20.000 millones, son apenas algunos indicios de que su administración no fue la más trasparente como tanta pregona. No podemos olvidar que gozó del visto bueno de los ediles.
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En vez de apoyarlos, a los pequeños productores se los despojó de un tractor agrícola y de G. 40 millones que recibían en concepto de asistencia en las gestiones anteriores.
Plazas abandonadas, calles intransitables en días de lluvia y falta de caminos de todo tiempo en zonas rurales, opacan el significado de la palabra progreso y le da brillo a la expresión de que “entre el dicho y el hecho hay mucho trecho”.
Mallorquín necesita de administradores honestos, serios y transparentes. Hoy es la ocasión para escoger entre tener una ciudad progresista con un intendente honesto, o tener una ciudad pobre con un intendente rico.
sara.fleitas@abc.com.py