Por Javier Yubi
María Estela Ñata Legal tenía 15 años cuando el 26 de agosto de 1960, de casualidad e inesperadamente conoció al general Alfredo Stroessner.
¿Fue amor a primera vista, un flechazo...? No. Fue una relación que se desarrolló paulatinamente. Pero, puedo decir que la relación empezó desde el primer día que nos conocimos.
Y duró hasta 1978, pero los lazos afectivos se mantuvieron siempre, porque existen de por medio dos hijas: María Estela (nacida en 1965, está casada con el norteamericano Frank Reid y reside en Estados Unidos) y María Teresita de Jesús (nacida en 1968, es ginecóloga y vive en Asunción). Además, hay un hijo de corazón de la pareja: José Legal.
Ñata Legal se casó en 1986 con Juan Bautista Yegros, con anuencia del general Stroessner. Víctima de un infarto, su marido falleció en 1999. Hoy, en la comodidad de su hogar, María Estela Ñata Legal escribe sus memorias. Dice que contribuirá a entender mejor parte de la historia política del país.
-Usted que lo conoció muy de cerca al general Stroessner, ¿a qué atribuye tantos años de poder?
-Creo que el pueblo paraguayo estaba cansado, hastiado, de tantas asonadas, golpes de Estado y revoluciones fratricidas que solo llevaron luto y dolor a tantos compatriotas durante tanto tiempo. El general Stroessner, en este sentido, vino a representar la terminación definitiva de estos horrores. Yo atribuyo que su permanencia en el poder se dio por un sentimiento generalizado por la paz. Tanto creo que esto es cierto que el día de hoy la mayoría de la gente desea en el poder a una persona que le garantice su tranquilidad, su seguridad. Que pueda salir a la calle sin ser asaltada, que pueda estar en su casa sin la necesidad de altas murallas y guardias. Que pueda dejar su vehículo sin que tenga la angustia de no volver a encontrarlo a su regreso. Ahora estamos en un estado de beligerancia continua. Usted mismo que deja su vehículo frente a mi casa no sabe si al salir lo va a encontrar. La paz, la tranquilidad y la seguridad, creo yo, son los factores fundamentales que ayudaron al general Stroessner a mantenerse tanto tiempo en el poder.
-Pero esa paz tuvo un precio muy alto por las persecuciones, torturas y asesinatos de muchas personas.
-Usted sume, ¿cuántos asesinatos, cuántos secuestros, cuántos crímenes se han cometido después del gobierno del general Stroessner? Si usted suma y resta lo anterior verá que existe extrema diferencia. Saque sus conclusiones en base a ese dicho sabio: de dos males el menor es el mejor.
-¿Se siente segura en el país?
-Actualmente no.
-¿Por qué?
-Por las circunstancias que ya le mencioné anteriormente.
-¿Qué diría el general Stroessner si viera el gobierno del Nicanor Duarte Frutos, hoy?
-Eso yo no podría contestarle, porque él (Stroessner) ya no está presente.
-Pero, ¿usted qué piensa, le habría parecido bueno o malo?
-Yo creo, por como era él, sería muy cauto en responder.
-Usted, ¿nunca pensó en incursionar en la política?
-No. Soy esencialmente una mujer ama de casa y me agrada atender a la familia.
-¿La noche del golpe (2 y 3 de febrero de 1989) estaba el general Stroessner en su casa?
-Sí, estaba en mi casa. Yo puedo decir con certeza que (el golpe) se inició en mi casa.
-¿Y qué dijo él (Stroessner) cuando escuchó los primeros tiros?
-El no llegó a escuchar los primeros disparos, porque se retiró antes. Aproximadamente cinco a diez minutos antes se había ido.
-¿Se retiró porque alguien le avisó o por qué se fue antes?
-No sabría decirle. Yo creo que se retiró porque ya era su hora acostumbrada.
-Usted, ¿vio muchos muertos en el patio de su casa?
-Sí, fallecieron muchísimos soldaditos.
-¿Y quién retiró los cuerpos, adónde se los llevó?
-No sabría decirle quién los retiró porque yo ya me había ausentado de la casa.
-¿Dónde fue a refugiarse?
-Yo me fui primeramente en la casa de mi suegro, el general Yegros. Después fui a quedarme con mis hijas en el Yacht y Golf Club Paraguayo. Luego de una semana tuvimos que salir del Paraguay.
-¿Y cuánto tiempo después volvió al país?
-Después de diez años volví al Paraguay.
-¿Extrañaba?
-Sí, bastante.
-Después del golpe, ¿siguió viéndose con el general Stroessner, o nada?
-Nuestras relaciones se mantuvieron, siempre. Después de dieciocho años de convivencia siempre mantuvimos una relación amistosa, porque tenemos hijos. Y esos lazos fueron para siempre.
-¿Estelita y Teresita iban a verlo al papá?
-Siempre le visitaban a su padre. Ellas tenían una relación muy estrecha con su padre.
-¿Usted, personalmente, ya no lo vio en el exilio?
-Sí, lo llegué a ver y volví a hablar con él hasta antes de morir.
-¿Alguna vez Stroessner comentó de la posibilidad de un golpe, él hablaba de eso o nunca esperó?
-Tal vez no esperaba el golpe de Estado. Pero sí siempre esperaba que hubiera alguna traición, algo así. En más de una vez ya habían procurado derrocarlo.