Tenemos, por un lado, un juicio político que se desarrolló según el ordenamiento jurídico del Paraguay, y, por el otro, un proceso político desprolijo y confuso en Venezuela. En el primer caso, los gobiernos del Mercosur y de la Unasur no dudaron en entrometerse en los asuntos internos del Paraguay y suspenderlo de esos organismos. Fueron decisiones de dudosa legitimidad jurídica y política.
El País indica que la reciente elección presidencial en Venezuela culminó en una compleja situación política, donde los países de la Unasur salieron presurosos a emitir una extraordinaria declaración donde saludan a Maduro e instan a “todos los sectores” a respetar los resultados oficiales. “Una redacción contradictoria que refleja actitudes ambiguas, las cuales recuerdan demasiado el nuevo paradigma de la política exterior uruguaya propuesto por el presidente Mujica: “lo jurídico tiene que estar al servicio de lo político”, dice El País.