Sachs exhorta a no esperar a 2023 para una revisión en Itaipú

Telefónicamente desde su casa en Nueva York, el celebrado economista y experto internacional Jeffrey Sachs nos comenta algunas de las conclusiones de su análisis sobre la política energética de Paraguay. Se ratifica en que la porción paraguaya de la deuda de Itaipú Binacional ya está saldada, explica por qué y recomienda al nuevo gobierno plantear al Brasil una revisión objetiva y transparente de los números, tarea para la que él mismo se ofrece a colaborar. Esperar a 2023 para hacerlo sería un grave error, advierte.

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–¿En qué consiste exactamente el trabajo que están realizando usted y su equipo sobre Paraguay?
–El gobierno paraguayo nos pidió examinar las políticas energéticas del país, las posibles maneras de usar los enormes excedentes de energía de alta calidad que tiene Paraguay para generar más empleos, atraer más industrias, mejorar el medio ambiente y revisar la situación general de Itaipú. No hemos terminado aún, pero, desde luego, hemos hecho muchos progresos en la investigación.
–¿Es cierto que el estudio tiene varios volúmenes?
–No, volúmenes no. Contendrá antecedentes, análisis, conclusiones, recomendaciones y un resumen.
–¿Cuándo podremos tener acceso al trabajo?
–Pronto, espero. Estamos tratando de terminarlo asegurándonos de que todo sea correcto. Dentro de algunas semanas, no más que eso.
–¿Cuáles son sus principales hallazgos hasta el momento?
–Lo primero es que esta energía que ustedes tienen, y que ahora exportan a Brasil, realmente puede ayudar a dar un gran salto a la economía paraguaya y a crear más empleos, por lo que estamos analizando los diversos aspectos de cómo lograr un mayor aprovechamiento. Es irónico, por ejemplo, que Paraguay tenga tanta electricidad y no tenga un sistema eléctrico confiable. Es difícil maximizar el provecho económico de ese potencial si se tienen cortes, si el sistema de transmisión arroja masivas pérdidas, estas son cuestiones que deben resolverse internamente. Desde luego, el gobierno ya está tomando medidas al respecto, y nosotros vamos a recomendar algunas medidas más.
–¿Y sobre Itaipú?
–Eso es lo segundo. Específicamente, estamos analizando los aspectos financieros relacionados con la generación hidroeléctrica de Paraguay, en particular de Itaipú. Es mi opinión que Paraguay realmente debería obtener mejores términos en Itaipú, sustancialmente mejores, de los que ha obtenido en el pasado.
–Usted dice que la deuda ya ha sido cancelada y que, por lo tanto, Paraguay debería ya disponer libremente de su excedente, ¿es así?
–Con un análisis objetivo, me parece a mí que una gran proporción de la así llamada deuda incurrida para construir esta represa realmente ya ha sido pagada, al menos la porción paraguaya de la misma. Si en los libros Itaipú todavía debe casi 20.000 millones de dólares, la mitad de esa deuda corresponde a Paraguay, y eso, desde mi punto de vista, a la luz de los números, no tiene ningún sentido. Pienso que Brasil y Paraguay deberían llegar a un entendimiento mucho mejor en torno a esta situación y espero que eso pueda darse con el nuevo gobierno, mediante discusiones sensatas y transparentes.
–¿Por qué no tiene sentido para usted?
–Si se toma la cantidad de energía que Paraguay ha exportado a Brasil a lo largo de los años y se le pone cualquier precio mínimamente realista a eso, me resulta a mí bastante claro que Paraguay ya ha pagado la mayor parte, si no toda, de su deuda. Por eso es que pienso que esto debe ser examinado por ambos países de una manera muy objetiva y transparente.
–Por lo poco que se ha publicado en Paraguay como adelanto de su trabajo no quedó del todo claro su argumento, ¿podría explicarlo un poco más?
–Básicamente, lo que he estado tomando en cuenta son los siguientes elementos: la cantidad de electricidad que Paraguay ha exportado a Brasil, el monto de la deuda asumida inicialmente para construir la obra, los pagos recibidos por Paraguay por sus exportaciones y los pagos de intereses de la deuda. Y lo que estoy diciendo, por ejemplo, es que, históricamente, por muchos años, por imposición de Brasil, Paraguay no recibió casi nada por sus exportaciones. Y también que las cargas de intereses por la deuda estuvieron totalmente fuera de proporción en comparación con la práctica internacional. Por lo tanto, si se analiza la situación con supuestos razonables, tasas de interés razonables y pagos razonables por las exportaciones paraguayas, se torna bastante evidente que Paraguay ya no debe mucho, y, en mi opinión, nada.
–¿Su estudio lo demuestra?
–No creo que un estudio de esta naturaleza pueda tomarse como definitivo, pero lo que un estudio como este puede indicar es que efectivamente hay inconsistencias que ameritan que ambas partes se sienten y, de manera muy transparente, hagan un nuevo intento de recalcular esto. Pienso que no es justo para Paraguay asumir que todavía debe casi 10.000 millones de dólares después de todas las exportaciones prácticamente gratis que ha hecho. Esto no me parece acertado y no me parece justo. Y pienso que Brasil y Paraguay deberían analizarlo desapasionadamente, simplemente estudiando matemáticamente, económicamente, científicamente los datos. A menos que haya algún importante error en nuestros cálculos, y no creo que lo haya, con seguridad Paraguay debe mucho menos, o tendría que deber mucho menos, de lo que está asentado en los libros.
–¿Es cierto que usted está dispuesto a ayudar a Paraguay en su reclamo?
–Sí, bueno, lo que dije fue que yo tengo buenas relaciones con Brasil y con Paraguay, y mucha experiencia en asuntos de deuda internacional. Mi experiencia básicamente me indica que estos números deberían ser revisados objetivamente. No es cuestión de apuntarse con el dedo, sino de evaluar de manera realista, ya con el nuevo gobierno, cuánto se exportó, a qué precios, cuánto se pagó, cuánto no se pagó, cuánto se pagó en intereses, cuánto en capital, y llegar a una conclusión técnica sobre la base de supuestos razonables. Y yo ciertamente estaré feliz de colaborar en la revisión de los números, simplemente porque soy un experto en esta materia. Y también estaré feliz de que se me corrija cualquier malentendido que pudiera tener.
–¿Es factible pensar que Brasil aceptaría dar la deuda por cancelada?
–A lo largo de los últimos 30 años, con mi trabajo en Bolivia, también en Brasil, en Polonia, en África, muchas veces me he encontrado con situaciones parecidas, en las que se planteaba remover deuda que figuraba en los libros. Y puedo decir que, por lo general, una vez removida esa deuda, ello redundó en beneficio de las transacciones entre ambas partes. Por eso siempre he creído que es necesario ser muy realista con estas cuestiones financieras, no deben verse simplemente como parte de una relación de poder, sino como una cuestión de transparencia. Si, a la luz de un análisis transparente, surge que Paraguay no ha recibido el trato que debería por sus ventas, o ha sido sometido a tasas de interés exorbitantes, lo que parece ser el caso aquí; entonces, indudablemente se tiene que hacer un ajuste, y yo con todo gusto me ofrezco a seguir ayudando para identificar cuál sería una solución decente a esta situación.
–Pero…
–… mi otra experiencia, a propósito, es que he trabajado mucho con gobiernos brasileños, soy un admirador del Brasil, admiro a sus líderes, y esperaría de ellos que aceptaran una propuesta de este tipo.
–Justamente iba a preguntar, ¿cómo hacer para que los brasileños se sienten a revisar los números? Porque no se muestran muy abiertos, dicen que Paraguay firmó un tratado, firmó acuerdos, y debe cumplirlos.
–Bueno, Brasil había firmado muchos compromisos de deuda y en los años noventa, por ejemplo, se dirigió a sus acreedores y les dijo: “necesitamos un nuevo trato”. Y los acreedores le respondieron exactamente lo que usted menciona, que había acuerdos firmados. Y Brasil les replicó que sí, pero que los tiempos habían cambiado y que ahora era necesaria una renegociación. Brasil terminó consiguiendo un alivio importantísimo en sus deudas, por lo tanto tiene antecedentes cercanos en este sentido.
–Cuando se refieren a Paraguay e Itaipú permanentemente alegan el principio Pacta sunt servanda (lo pactado obliga).
–Nunca es tan simple como decir “usted firmó y ese es el fin de la historia”. Eso no fue cierto para Brasil y no es cierto para Paraguay. Y especialmente en una circunstancia en la que hay serias dudas sobre los términos impuestos en esos acuerdos, y en la forma como los recursos fueron administrados por ambas partes en el pasado. Pienso que vale la pena una mirada fresca sobre el asunto, esa es mi opinión.
–¿Cuál sería una estrategia correcta para Paraguay?
–Mi punto de vista es que esto es algo demasiado grande como para barrerlo debajo de la alfombra. Gran parte del futuro de Paraguay depende de una visión correcta de este asunto. Por lo tanto, el nuevo gobierno no puede meramente decir: “no queremos problemas con nuestro vecino, nos gusta nuestro vecino, mejor no reabrir viejas disputas”. No creo que esa sea una posición adecuada para Paraguay, porque el monto del dinero en juego y de la deuda asentada en los libros es sencillamente demasiado grande para el país. Simplemente dejar las cosas como están y esperar hasta 2023 (año fijado en el Tratado para la renegociación, toda vez que estén saldadas las deudas) sería, en mi opinión, un grave error de Paraguay.
–¿Le hará alguna recomendación al respecto al nuevo gobierno paraguayo?
–Lo propondría presentarse al Brasil como el gobierno nuevo que es, elegido democráticamente, por lo tanto legítimamente representante del pueblo y los intereses del Paraguay, y plantearle diplomáticamente, pero con firmeza, sentarse a revisar técnicamente los números. Este es un tema bastante menor en términos relativos para Brasil, que es una economía enorme, una de las más grandes del mundo, pero es de tremenda importancia para Paraguay. Le sugeriría al nuevo gobierno poner énfasis en ese punto para exigir un análisis transparente de las cuentas. Si después resulta que todo está en orden, entonces perfecto, pero no creo que ese sea el caso.
–¿Y si Brasil se niega, como se ha negado tantas veces?
–Pienso que toda la comunidad internacional estará de acuerdo en que todo país merece una oportunidad justa de avanzar, de progresar, de desarrollarse. Esta es la oportunidad de Paraguay y, por ende, los paraguayos no pueden renunciar a ella. Espero que el nuevo gobierno no trate de hacerlo, no quiera esconder el tema debajo del tapete, porque no va a funcionar, lo he visto a lo largo de mi carrera una y otra vez. Insisto en que este es un asunto extremadamente importante para Paraguay como para ser ignorado, aun si su vecino pretende que lo ignore, diciéndole: “somos amigos, no hablemos más de este tema, miremos para adelante”. A esto el nuevo gobierno debería responder: “ejem, bueno, me va a disculpar, todo bien, pero, usted sabe, realmente necesitamos darle una mirada conjunta a esta cuestión y apreciaríamos que se acercara a hacerlo con nosotros”. Repito, yo estaría muy honrado en ayudar en todo lo que pueda.

arivarola@abc.com.py

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