El productor agrícola hoy se encuentra en el furor de la siembra y, a pesar de que varias de las decisiones ya están tomadas (compra de insumos y planificación), deberá proyectarse en las labores posteriores a la cosecha y no solamente en el rendimiento de la zafra.
Lo primordial es mantener las condiciones biológicas del suelo a fin de garantizar su futuro. La agricultura requiere un buen diagnóstico de las parcelas, el uso de abonos verdes y rotación de cultivos, debido a que su ciclo no solo se cierra a un periodo anual, sino que se extiende en el tiempo. Con el desarrollo de buenas prácticas agrícolas en el presente, el agricultor asegura una rentabilidad constante, a pesar de las crisis, e invierte en el mediano y largo plazos.