Explotación de comercio y tráfico de recursos naturales

Conforme a los últimos parámetros expuestos bajo el plan estratégico del Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI) con relación a los riesgos de Financiación del terrorismo (FT), se pondera que el actual sistema económico-financiero internacional se encuentra registrando ciertos ataques mediante “métodos” de determinación expansiva, a fin de paliar todo tipo de abuso comercial continuado. Es que se ha informado que varios países y territorios han presentado ciertas “deficiencias” estructurales al momento de investigar, enjuiciar y condenar los diversos casos de FT.

Así las cosas, el Comité de Lucha contra el Terrorismo de las Naciones Unidas ha dimensionado que aquellas organizaciones terroristas se encuentran utilizando “recursos” para colectar fondos a través de la explotación de una amplia gama de recursos vulnerables, como lo son: el gas, el petróleo, la madera, los metales y piedras preciosas, la fauna silvestre, la pesca y los productos agrícolas, entre otros.

Dicho todo lo anterior, trasciende por su importancia que iniciemos un análisis exhaustivo respecto a los grados de participación del “terrorismo” en la economía legítima, y precisamente, en lo atinente a los recursos naturales, pues bien, en estos tiempos implican una forma de “ingreso” regular y que se administra desde sectores rentables.

En tal efecto, encontramos una conexión ineludible con el incremento de riesgo de FT, principalmente, cuando se entabla justiprecio desde las regiones que conllevan instituciones de control débiles.

Por consiguiente, los informes detallan que los riesgos emergentes de financiación del terrorismo surgen a partir de la explotación irregular del comercio y el tráfico de recursos naturales. En lo que se considera comercio, se involucran las plataformas de juegos de azar, pues, se ha revelado la utilización de cuentas bancarias que efectúan pagos a ciertas plataformas en línea, y bajo dicho contexto, tales plataformas se conectan con la operativización fuera de la supervisión aplicada a las redes sociales convencionales, lo que permite actividades ilícitas.

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En casos concretos, también se han vinculado a personas con posible participación extremista y la utilización de cuentas que vislumbraban transacciones de escasa cuantía y bajo diversas etiquetas para que no sean percibidas por el sistema de control financiero. Es por ello, que, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas ha expresado constantemente su preocupación por el uso de los ingresos procedentes de la explotación ilegal y el tráfico de recursos naturales por parte de grupos terroristas.

Asimismo, el GAFI fue señalando que las organizaciones terroristas recurren, en distinta medida, a determinados delitos contra el medio ambiente para financiar sus operaciones delictuales. Tal cuestión conlleva al pronunciamiento respecto a la diversificación estratégica de los flujos de financiación en una variedad de actividades, tanto ilícitas como lícitas relacionadas con diversos tipos de recursos naturales.

Es por tanto que, al referenciar aquello relacionado a la explotación, el comercio y el tráfico de recursos naturales, que se determinan como posibles sistemas de FT, observamos que se involucran agentes que ejercen como intermediarios financieros, pues simulan como operativos dentro del sector de compañías de seguros dedicadas al transporte, y/o como proveedores de infraestructuras de la cadena de suministro, así como profesionales contables que prestan servicios a estas entidades.

Es decir, se evidencia una cadena de factores que incluso han generado “ingresos” considerables a partir de la producción y el comercio de petróleo y gas natural en zonas específicas, y ante ello, el GAFI también ha revelado que estos grupos se encuentran perfeccionando fondos por la extorsión de las redes petrolíferas.

No obstante, recordemos que el GAFI en el año 2021 ha instruido sobre los alcances del blanqueo de capitales por delitos contra el medio ambiente; en particular, lo que hace a la minería, porque se había transformado en una herramienta rentable para los grupos insurgentes.

Entretanto, la incidencia delictual se extiende (de igual forma) hasta el tráfico de actividades agrícolas, ganaderas y pesqueras, pues bien, los recursos naturales utilizados para la agricultura y la pesca han sido explotados por terroristas para generar ingresos. Aunque resulte extraordinario, lo cierto es que estos grupos han invertido en aquella “economía” que se basa en gran medida en la agricultura y la pesca; en otras palabras, los grupos criminales operan extorsionando a las comunidades involucradas en actividades agrícolas y pesqueras, beneficiándose a través de una serie de impuestos ilícitos sobre los productos. Definitivamente, estos grupos transnacionales han invertido a nivel global, al parecer, en empresas privadas relacionadas con la ganadería y el desarrollo de proyectos agrícolas a gran escala, como las plantaciones de frutas, hortalizas y palmeras, como medios de financiación de todas las operaciones terroristas.

Por todo ello, ocupa suma importancia el informe global más reciente del FATF (GAFI) sobre riesgos de financiación del terrorismo 2025 que nos destaca con total claridad, que muchos grupos terroristas explotan recursos naturales, incluidos productos agrícolas, y utilizan negocios legítimos, especialmente empresas intensivas en efectivo, para generar ingresos que luego se destinan al financiamiento del terrorismo.

Grupos terroristas

Grupos terroristas explotan recursos naturales, incluidos rubros agrícolas, y utilizan los negocios legítimos para destinar al financiamiento terrorista.

(*) Docente investigador de la carrera de Derecho de la Universidad Americana. Doctor en Derecho. PosDoctor en Ciencias (PD Cs.) - Mención Investigación Científica. Magíster en Ciencias Penales. X: @MatiasGarceteP