Escenario mundial
En el sector agrícola, en el momento de decidir la siembra y con una coyuntura económica difícil, el análisis racional de las perspectivas adquiere mayor relevancia. En el caso del trigo hay un cierto consenso a nivel internacional sobre la perspectiva de que la producción mundial de trigo en la campaña 2015/16 podría ser menor. Las primeras estimaciones de producción publicadas en el último informe del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) calcula 718,9 millones de toneladas, cifra ligeramente por debajo de la producción del 2014/15, de 726,5 millones de toneladas.
Asimismo, el consumo mundial tendría un leve crecimiento, especialmente explicado en valores absolutos por la demanda para alimentos, pero también justificado en términos relativos por una mayor utilización para forraje (+3,1%). La reacción de los mercados ante la publicación de estos números fue inmediata, los precios del mercado de trigo de Estados Unidos se comenzaron a negociar más alto, además a esto se sumaron las preocupaciones por el cultivo de trigo duro que atravesó un periodo de sequía importante.
La cosecha se ha iniciado en el hemisferio norte y se espera una proporción importante de calidad forrajera debido a que las lluvias excesivas que se registraron en Francia, Alemania y Polonia al momento de avanzar con los trabajos de cosecha afectaron la calidad del producto. Paralelamente a los problemas de calidad que se reportan en la cosecha europea, se reportan rindes superiores a lo esperado en Rusia, Ucrania y China.
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El clima es una variable determinante; al respecto existen preocupaciones emergentes por la aparición del patrón climático “El Niño” significativo, sumado a otros factores como los problemas geopolíticos en la región del Mar Negro y la fuerza del dólar que ha limitado la posición competitiva de las exportaciones de trigo de Estados Unidos en los mercados mundiales.
Escenario nacional
Mientras que a nivel local se estima que el trigo ya está sembrado, ahora faltarían las estimaciones precisas de superficie, se espera que la producción cubra holgadamente la demanda interna, algo muy significativo para un país como Paraguay. El comportamiento de los precios trigo cierra con una leve suba que lo ubica en los que sería el mayor precio desde principios de abril; sin embargo, el horizonte sigue siendo bajista. Por último, los costos de sembrar y cosechar trigo están en torno a los US$ 403 la hectárea. Con rendimientos de entre 2.0 y en el mejor de los casos 2,50 toneladas por hectárea.
Para el 2015, la campaña triguera paraguaya presenta una serie de desafíos, principalmente relacionados a una importante baja en los precios internacionales. Desde mediados del 2014, siguiendo los pasos marcados por el petróleo y los demás commodities agrícolas, el precio del trigo ha presentado una alta volatilidad con tendencia a la baja. Hacia finales del quinto mes del año, la cotización se ubicaba en torno a US$ 190 por tonelada, un 22% inferior al registro de mayo 2014. De hecho, el producto no registró estos niveles en los mercados internacionales desde mediados del 2010, en plena recuperación de los mercados luego de la crisis internacional del 2008.
Por el lado de la superficie cultivada, se estima que la disminución en la cotización del commodity desincentive la siembra para este año. Las proyecciones apuntan a una retracción del 5% con relación al registro anterior, resultando en un área en torno a las 600.000 hectáreas. La baja en superficie cultivada también puede ser atribuida a una tímida reducción en los precios de los insumos que, si bien se presentaron a la baja, estas no acompañaron el ritmo de caída observado en los precios del grano. En este punto, cabe recordar que los insumos representan el 60% del costo del productor, entre semillas, fertilizantes, fungicida y otros.
Se espera que el descenso en los márgenes productivos sea acompañado por una consecuente reducción en el uso de tecnología, uso de semillas certificadas, número y volumen de aplicaciones de fertilizantes, así como aquellas para el control de plagas, afectando significativamente a la productividad. Incluso, empresas comercializadoras de semillas ya han registrado una merma en las ventas debido a un aumento en el uso de semillas no certificadas durante esta campaña de siembra. Si bien, esta maniobra representa una disminución en los costos directos para el productor, también influirá negativamente en los rendimientos.
Por el lado del clima, se esperan ciertas complicaciones. Si bien no habrá muchos días de frío y heladas, las proyecciones apuntan a importantes niveles de humedad acompañado por lluvias dispersas. El aumento de estos dos factores vendrá acompañado por un mayor número de enfermedades, especialmente hongos –controlables con un mayor número de aplicaciones, pero resultando en un aumento en los costos–.
Entre las demás consideraciones, cabe recordar que la actual campaña agrícola no ha sido la más lucrativa para los productores, considerando una baja interanual de la soja de casi 40%. El principal commodity agrícola paraguayo ha observado una caída superior a los US$ 200 en doce meses, desde US$ 550 hasta US$ 345 por tonelada para fines de mayo. Los menores ingresos dejarían sin mucho margen de maniobra a los productores para afrontar la campaña triguera, reforzando las proyecciones de menores niveles de rindes y producción para el cultivo. El efecto de la baja de cotización de la soja y de una campaña no del todo positiva de este cultivo, tuvo un impacto relativamente negativo en la decisión de realizar inversiones para el cultivo de trigo. De esta forma, los productores prefirieron no utilizar tecnología apropiada que les hubiese reportado mayores niveles productivos.
Una noticia positiva es la habilitación de varios nuevos destinos para la exportación de trigo paraguayo, pero se deberá observar la calidad y el volumen total de producción para que se perfeccionen los envíos a estos países.
Con todo esto, se espera un rinde del trigo en torno a las cifras de la campaña 2014, alrededor de los 2.100 kilogramos por hectárea equivalente a una producción total de 1.260.000 toneladas. De acuerdo a las proyecciones de Investor los resultados serán suficientes para cubrir la demanda local para procesamiento, estimada en 700.000 toneladas.
Otra de las grandes preocupaciones de los agricultores tiene poco que ver con su actividad de siembra y cosecha: la implementación de nuevos impuestos. En las últimas semanas han reflotado una serie de anteproyectos de leyes orientados a aumentar la contribución del sector a las arcas del Estado mediante nuevas leyes.
Si bien los productores no son reacios a abonar los impuestos que corresponden, un aumento arbitrario y de tinte populista resulta, totalmente innecesario y perjudicial para uno de los sectores que más aporta al crecimiento económico paraguayo, afectará de forma significativa los niveles de rentabilidad del negocio, sobre todo en un contexto de descenso de precios internaciones. Las políticas similares en Argentina han restado solidez y competitividad al sistema agrícola.
Por un lado, se encuentra en estudio un posible aumento del Impuesto al Valor Agregado (IVA) de los productos frutihortícolas del 5% al 10%, equiparándolos con la reglamentación estándar. El problema con esta disposición será el consecuente aumento de la canasta básica, que impactará en mayor medida a la gente de menores ingresos.
Otro de los impuestos en consideración es la imposición de un gravamen a la exportación de granos en estado natural. El problema real con este impuesto es que terminará afectando a los agricultores y no a los agroexportadores, ya que el costo será trasladado para atrás en la cadena de producción. En recientes modificaciones, se ha resuelto aumentar del 10% al 15% el Impuesto a la Renta de las Actividades Comerciales, Industriales y de Servicios (IRACIS) a aquellas empresas exportadoras de soja y sus derivados.
Al igual que en años anteriores, la mayor parte de la exportación de trigo paraguayo durante la campaña 2014 tuvo como destino el Brasil, con el 68% del total –242.000 toneladas valuadas en US$ 54 millones–. En segundo lugar se ubicó Colombia con el 23% de los envíos (82.000 toneladas) y en tercer lugar el Congo con 25.000 toneladas (7%). Durante la zafra 2014 se exportaron un total de 356 mil toneladas por un valor de US$ 79,4 millones. Los resultados representaron una baja de 19% con relación a la cifra anterior mayormente fruto de la caída en la producción durante la campaña anterior. Con relación al récord de 1,45 millones de toneladas exportadas en el 2012, los envíos el año pasado significaron una baja de 75%. Cabe recordar que dicho volumen fue posible gracias a tres excelentes campañas entre el 2010 y el 2012 con una producción anual promedio en torno a las 1,3 millones de toneladas.
En el primer cuatrimestre del 2015 el Paraguay registró envíos de trigo de 90.000 toneladas por valor de US$ 19,4 millones; una suba de 535% en términos de volumen y 250% en valor, principalmente afectado por una disminución del 45% en los precios –de US$ 393 a US$ 216 por tonelada–.
El cultivo de trigo tiene una relevancia mayor dentro del esquema agrícola paraguayo. Junto con la soja y el maíz conforman un sistema de producción que permite no solo diversificar los cultivos, sino también una gestión de los suelos bajo el esquema de siembra directa que sostiene y permite a Paraguay ser un jugador importante en el mundo agrícola.
5 %
Las proyecciones apuntan a una retracción del 5% con relación al registro anterior, resultando en un área en torno a las 600.000 hectáreas.
USDA
USDA calcula 718,9 millones de toneladas de producción, cifra ligeramente por debajo de la producción del 2014/15, de 726,5 millones de toneladas.
15/16
Hay un cierto consenso a nivel internacional sobre la perspectiva de que la producción mundial de trigo en la campaña 2015/16 podría ser menor.
Baja
La baja en superficie cultivada también puede ser atribuida a una tímida reducción en los precios de los insumos que se presentaron a la baja.
Clima
El clima es una variable determinante; al respecto existen preocupaciones emergentes por la aparición del patrón climático “El Niño”.
90.000
En el primer cuatrimestre del 2015, el Paraguay registró envíos de trigo de 90.000 toneladas por valor de US$ 19,4 millones; una suba de 535%.
EE.UU.
Los precios del mercado de trigo de EE.UU. se comenzaron a negociar más alto, además a esto se sumaron las preocupaciones por el cultivo de trigo duro.
Consumo mundial
El consumo mundial tendría un leve crecimiento, especialmente explicado en valores absolutos por la demanda para alimentos, pero también justificado en términos relativos por una mayor utilización para forraje (+3,1%). La reacción de los mercados ante la publicación de estos números fue inmediata.
Brasil, primer mercado
Al igual que en años anteriores, la mayor parte de la exportación de trigo paraguayo durante la campaña 2014 tuvo como destino a Brasil, con el 68% del total –242.000 toneladas valuadas en US$ 54 millones–. En segundo lugar se ubicó Colombia, con el 23% de los envíos (82.000 toneladas) y en tercer lugar Congo.
* La actual campaña agrícola no ha sido la más lucrativa para los productores, considerando una baja interanual de la soja de casi 40%. El principal commodity agrícola paraguayo ha observado una caída superior a los US$ 200 en doce meses, desde US$ 550 hasta US$ 345 por tonelada en mayo.
* Una de las grandes preocupaciones de los agricultores tiene poco que ver con su actividad de siembra y cosecha: la implementación de nuevos impuestos. En las últimas semanas han reflotado una serie de anteproyectos de leyes orientados a aumentar la contribución del sector a las arcas del Estado.
* Con relación al récord de 1,45 millones de toneladas exportadas en el 2012, los envíos del año pasado significaron una baja de 75%. Ese volumen fue posible gracias a tres excelentes campañas entre el 2010 y el 2012, con una producción anual promedio en torno a 1,3 millones de toneladas.