Coaching en auge

Algo que se instaló y va ganando fuerza es el coaching, un método a través del cual las empresas buscan una salida rápida a las dificultades que surgen en los equipos de trabajo. Globalmente, ciertos sectores critican a los coaches, quienes a su vez salen a defender lo que consideran una gran labor.

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Cuatro años atrás, el clima laboral en la empresa Iris SAIC empezó a cambiar. Algo estaba pasando y tanto el desempeño de los trabajadores como los resultados no eran los mismos. Esto llamó rápidamente la atención a sus directivos, quienes para detectar y tratar de solucionar el problema, optaron por acudir a asesores externos.

Fue así que la compañía, a través de referencias, contrató los servicios de un especialista en coaching ontológico. “Habíamos hecho una serie de talleres, pero nos dimos cuenta de que, realmente, debíamos trabajar en la actitud y con un enfoque distinto”, cuenta Carmen Cosp, directora de Iris.

Pero ¿qué es el coaching? Es un término amplio que proviene del inglés y significa entrenamiento, mientras que la ontología hace énfasis en el estudio del ser humano, detalla Carolina Bestard, directora de Yoica, consultora local que hace 13 años trajo al país el primer programa de formación y certificación en coaching, y que junto con expertos argentinos dieron paso a la preparación de los primeros 20 coaches paraguayos.

Bestard explica que el coaching es una disciplina práctica con bases científicas que permite expandir el potencial de las personas, con el objetivo de que estas logren sus metas. En esto coincide el coach Javier Barbero, resaltando que se trata de una metodología que consigue una transformación profunda a nivel profesional y personal. En tanto, Laura Gómez I., directora en el Paraguay de la Escuela Recrearte, recalca que la función de un profesional en este ramo es acompañar a una o varias personas a tener nuevas perspectivas y ser más comprometidas.

Lo que hace el coaching es trabajar en tres fases: lingüística, corporal y emocional, puntualiza Bestard, presidenta saliente de la Asociación Paraguaya de Coaches Ontológicos (Apco), conformada por 45 socios especialistas en esta práctica. El gremio es parte de la Federación Internacional de Coaching Ontológico, que define los estándares a seguir en el rubro.

Escuelas

A lo largo de estos años, Bestard compartió sus conocimientos con ejecutivos de empresas en Argentina, Brasil, Uruguay, Colombia, Costa Rica, México, Estados Unidos e India, mientras que asiste frecuentemente a corporaciones de Asunción, Ciudad del Este y Encarnación. “Un coach te ayuda a observarte a vos mismo de manera diferente y a hallar todos los recursos internos que tenés para lograr lo que te propones en la vida”, alega.

Son múltiples las ventajas encontradas al recibir solvencia técnica y apropiada de un entrenador, siempre y cuando sepa identificar si la cuestión a abordar compete o no a su área. Esto refiere Javier Barbero, quien mediante el staff de su consultora, Arte en Coaching, asiste a 150 clientes distribuidos en Venezuela, Costa Rica, México, Panamá, Paraguay, Brasil, Bolivia, Uruguay y Estados Unidos.

“Coaching no es igual a psicoterapia, y eso es importante distinguir”, menciona. Aclara que la psicoterapia, a diferencia del primero, requiere de un plan de tratamiento elaborado a partir de síntomas y un cuadro clínico.

En ese marco, Barbero sintetiza que existen escuelas que utilizan diferentes métodos, además del ontológico. Cita al sistémico, que pone foco en formar acciones de liderazgo; el ejecutivo, que pretende llegar a metas corporativas; el corporal, que trabaja con la expresión del cuerpo, y el de vida, que se encarga de encaminar a conseguir empleo o mejorar las finanzas y otros ámbitos. “En todos los casos es vital que el coach esté debidamente preparado para intervenir correctamente y, por ende, le sirva al cliente”, expone.

¿Cómo llegar al objetivo? El coach se centra en preguntas estratégicas que posibilitan identificar los factores en falta. Luego determina cuáles serán los indicadores a desplegar, para obtener el propósito.

Laura Gómez I., reconocida en este escenario por las actividades que realiza con instituciones públicas y privadas, locales y del extranjero, destaca la evolución del coaching en el mercado nacional. “Si lo que se desea es desahogarse simplemente, se puede buscar ayuda en otros lugares, pero si el deseo apunta a obtener resultados, ahí actúa el coach”, expresa.

El coaching surgió en nuestro país ante el requerimiento de firmas multinacionales que se vieron en la necesidad de recurrir a esta herramienta para mejorar —mediante un proceso— el rendimiento de sus talentos. El crecimiento del sector hizo que la demanda se propagara a gerentes, propietarios, emprendedores independientes, organizaciones, entre otros.

Jorge F. Méndez relata que vive de esto hace 15 años y en la actualidad dispone de 100 colaboradores en varios países. Al año, tiene bajo su responsabilidad el desafío de levantar el ánimo y entusiasmo de muchos trabajadores, familias y matrimonios, pero, por sobre todo, el ritmo de ventas de los negocios. Sitúa a la capacidad de escucha como uno de los elementos claves para conquistar y ganar la confianza del interesado que está queriendo concretar una solución efectiva.

Inversión. Cada coach establece su honorario, que puede ir desde USD 50 (más de G. 280.000) o superar USD 150 (más de G. 800.000) por sesión, cuya duración oscila entre 45 y 180 min de duración; o bien, fija un monto al tratarse de un conjunto de empleados que precisa acompañamiento por meses. Méndez añade que un asesoramiento extensivo de seis meses representa una inversión, en su caso, de USD 20.000 y que los microempresarios son los que empezaron a tomar conciencia de lo que significa aplicar este medio.

La experiencia. Fueron 35 en total los ejecutivos, entre gerentes, jefes y supervisores, de Iris que se vieron involucrados en la orientación, que tuvo entre sus objetivos cambiar el ambiente laboral. “Nos dio una mirada nueva; la oportunidad de conocernos mejor y superar situaciones antagónicas del día a día”, expresa Carmen Cosp, directora de Iris, rescatando la validez del proceso.

“Esta apuesta representó una inversión de G. 153 millones en los distintos módulos aplicados en menos de tres años”, aseveró la directiva y enfatiza en la importancia de pedir referencias antes de elegir un coach. En cuanto al resultado económico que logró Iris, Cosp dice que es difícil cuantificar; no obstante, alega que el plantel está más proactivo. “Hemos logrado elevar la satisfacción del personal en un 84%”, subraya.

En el ojo de muchos. La industria del coaching, desde su promoción internacional, vive en el ojo de profesionales psicoterapeutas y otros especialistas que aseguran se trata de un campo dominado por charlatanes y “vende humos”. Sobre el punto, Barbero dice que se prostituyó el nombre por la aparición de personas que, con el fin de lucrar, realizan cursos cortos y ya se autodenominan coaches.

En este sentido, Laura Gómez I. adelanta que la federación que nuclea a escuelas que cumplen este rol está alistando procedimientos para avalar los programas de coaching que operan en el Paraguay.

Por eso ratifican en que el coaching es la tendencia en materia de profesionalización y empleo mundial para las siguientes generaciones.

ORIGEN

El coaching tiene sus inicios con la mayéutica (metodología filosófica griega) impulsada por Sócrates, quien inculcaba a sus discípulos a que llegaran a las respuestas por sí solos. El coach es como un personal trainer que hace el máximo esfuerzo para que el alumno alcance su ideal con su propio empeño y voluntad.

En tanto, el coachee es el cliente (persona o empresa) que propone la intención de asesorarse. En los Estados Unidos y otros países el rubro no es bien visto, debido a que, de un tiempo para otro, miles se “recibieron” de “coaches expertos en descubrir habilidades”, indican publicaciones internacionales.

emilse.rolon@abc.com.py

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