Aprender a ahorrar es un tema importante a cualquier edad y, cuanto antes aprendamos sobre él, mejor. Saber ahorrar nos permitirá, entre otros aspectos, apuntar a una seguridad financiera, a no gastar de más y a vivir una vida tranquila en términos de dinero.
Es ideal que los niños escuchemos hablar de dinero desde chicos, que nuestros padres nos expliquen el precio de las cosas, y que entendamos que no siempre se puede pedir y pedir, pues para comprar se necesita dinero y este lo consiguen nuestros padres a través del arduo trabajo que realizan.
Un consejo a tener en cuenta es explicar a los niños lo que es el ahorro: una forma de ir guardando una porción de nuestro dinero para poder utilizar luego en algo que nos guste mucho o lo guardamos para casos de emergencia. Para poder ahorrar necesitaremos una alcancía, que puede ser de cerámica, de lata o podemos construir una nosotros mismos con una pequeña caja de cartón.
¿Sabemos cómo ir llenando la alcancía?Los caminos son varios, por ejemplo, podemos ir guardando día a día un poco del dinero que recibimos de nuestros padres para nuestros gastos pequeños en la escuela, o reservamos un día a la semana para hacerlo. No hace falta que sea mucho, siempre se empieza con monedas, que parecerán pocas al comienzo pero, después de un tiempo, veremos cómo el volumen va creciendo y con ello su valor.
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Otro consejo útil es aprender a contar el dinero. Para ello haremos uso de nuestros conocimientos de matemáticas, observaremos el color y forma de los billetes y monedas y cuánto vale cada uno. Es bueno fijarse metas cuando se está
Es bueno fijarse metas cuando se está aprendiendo a ahorrar. Por ejemplo, si deseamos un juguete nuevo, averiguamos el precio, y vamos juntando el dinero hasta poder comprarlo. Puede tardar un buen tiempo pero será satisfactorio y habremos aprendido no solo a esperar con paciencia, sino también a valorar las cosas.
Fabricamos una alcancía casera
Materiales
Una caja pequeña de cartón
Revistas viejas
Cola vinílica
Cúter
Cinta de pegar
Procedimiento
1. Vaciamos la caja de su contenido.
2. Pedimos a un adulto que, con la ayuda de un cúter, haga un corte pequeño en la tapa de la caja, de un tamaño que permita pasar monedas y billetes doblados.
3. Procedemos a forrar la caja con recortes de revistas viejas y cola vinílica, sin tapar el corte realizado previamente.
4. Dejamos secar y comenzamos a ahorrar.
