Trabajar siempre desde los puntos fuertes
Todos tenemos puntos fuertes. Escribe en una lista los tuyos para que puedas recordarlos fácilmente y facilitar que te acuerdes de lo que haces bien. Empieza por identificar solamente uno, después ve añadiendo más, poco a poco, y podrás construir tu propia lista con el tiempo. Aquí hay algunas ideas para que pienses en tus propios puntos fuertes en cada una de estas áreas: pensamiento, sentimiento y acción.
Usar las decisiones de poner atención
Recuerda usar decisiones cortas de atención. Cambia la forma en que trabajas y la duración del descanso. Busca lo que te funcione mejor. Nadie sabrá mejor que tú cómo gestionar tus decisiones de poner atención. Si la atención decae, puedes volver a animarla a través del movimiento o de un cambio. El movimiento siempre reactiva tu atención. Levántate, estírate, corre un poco, salta arriba y abajo.
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Determinar qué es importante
Es el momento de identificar qué es relevante o importante en el contexto escolar, en relación con los amigos, en el contenido de un pasaje leído, en tus propios sentimientos, etc. Recuerda que es esencial en tu vida diaria la determinación de la relevancia. Haz que sea una prioridad en tu vida.
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Escoger una forma de apoyar la memoria
He aquí algunas de esas estrategias: Reescribe tus notas. Si no quieres cambiar el estilo, reescríbelas en el ordenador si inicialmente las tomaste a mano. Y al revés, reescribe un resumen a mano si las tomaste en el ordenador. La clave aquí es reescribir las notas en cualquier forma que pueda fortalecer la memoria y ayudar a recordar. Escribe lo que necesitas memorizar en un gran folio en la pared. Usa rotuladores fluorescentes para mantener una pista visual de lo que necesitas recordar. Tarjetas, usa el color si te ayuda. Háblate en voz alta a ti mismo. Memoriza con ritmo o con música.
Usar soportes externos
Permanece de pie para hacer tu trabajo, escribe en una pizarra, escribe en un papel colgado en la pared, etc. No importa cómo lo hagas, solo levántate y escribe. Lo recordarás mejor, lo verás mejor y te será más fácil recordar esa información cuando la necesites.
Usar la música y las listas de reproducción
Oír música cuando estudias es una elección personal. Para aquellos que tienen Trastorno de Déficit de Atención, puede servir como una ayuda para mantener la atención siempre alerta. Para otros, la reproducción de música es una distracción demasiado grande. Así que si la música te ayuda cuando estudias, ponla, y si la música te distrae cuando estudias, no la pongas. Si pones música, elige el tipo que más te ayude. ¿La prefieres instrumental? ¿Te gusta un ritmo fuerte o un ritmo suave? ¿Te gusta alta o baja? Como una ayuda de memoria, haz una lista de reproducción de cinco o seis de tus canciones.
EJERCITARIO 11
Comenta brevemente la siguiente expresión:
«Trabajar los puntos fuertes de los estudiantes ayudará al mismo a mejorar aspectos de su personalidad».
Fuente: PAULA MORAINE. Las Funciones Ejecutivas del estudiante. NARCEA, S. A. EDICIONES MADRID
