El clarete

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¿Qué es el clarete? Hoy les voy a contar cómo surgió este término que marcó a los vinos bordeleses.

A pesar de que la historia de los vinos de Burdeos se remonta a la época de la conquista romana en Galia, cuando fueron plantados los primeros viñedos en la región (o incluso antes de esos tiempos), no fue antes del año 400 a. C. que comenzó a ganar importancia. Pero su renombre realmente se originó en la Edad Media, en el siglo XII, cuando el clarete se hizo famoso en Inglaterra.

Clarete fue el nombre dado por los ingleses a la bebida rosada oscura que era producida en Burdeos en esa época. Ese estilo de vinificación se produjo en la región hasta el siglo XVIII. Los vinos de Burdeos evolucionaron y, hoy en día, son vinos blends más potentes y de color más intenso, aunque el término clarete continúa hasta hoy, ya que muchos lo siguen llamando así.

Hazte de fama…

La fama del clarete comenzó cuando Enrique II (rey de Inglaterra) se casó con Leonor de Aquitania (exesposa del rey Luis VII de Francia) en el siglo XII, siendo ella una de las mujeres más poderosas de Europa, lo que hizo que Inglaterra dominase gran parte de Francia y sus regiones vitivinícolas sobre la costa atlántica. 

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El puerto de Burdeos ganó gran importancia y su comercio con las islas británicas fue muy intenso, llegando a exportar —en ese entonces— hasta 110 millones de botellas de vino al año hacia Inglaterra. La reputación de los vinos de Burdeos era ya importante y el término “clarete” quedó asentado.

Hasta el siglo XVII, los grandes vinos de Burdeos eran de Graves o Saint Emilion (aún no considerados AOC) y hasta entonces no existían los famosos Château del Medoc, como Lafite, Latour o Margaux. En esa época, gran parte de los viñedos famosos de hoy eran tierras pantanosas y bajo agua (que fueron drenadas por ingenieros holandeses), pero una vez recuperadas esas tierras cultivadas se convirtieron en lo que son hoy: las bodegas más famosas del mundo.

Los nuevos claretes

Ya sin dominio británico sobre la región, el comercio continuaba siendo intenso. El primero en exportar vino de la calidad que hoy conocemos fue Arnaud III de Pontac, quien vendía lo que hoy es el Château Haut-Brion. La tendencia había mudado a blends de mayor estructura, denominados en la época como “New French Clarets” (nuevos claretes franceses), que eran vinos muy apreciados por la aristocracia británica.

En Francia nunca se utilizó el término clarete, pero como hasta el día de hoy esa denominación tiene un gran éxito en Inglaterra, en el 2011, la Asociación de Viticultores de Burdeos decidió adoptar el término para identificar a los vinos livianos, afrutados y fáciles de beber producidos en la región. En la actualidad existe el AOC Bordeaux Claret, en el que se producen vinos rosados oscuros o tintos pálidos que de alguna forma se identifican con los producidos siglos atrás. Aun así, para los británicos, clarete significa “vino de Burdeos” sin importar de qué tipo o estilo sea.

En el Paraguay conozco personas que, cuando se refieren a un vino tinto, usan el término “clarete”… Como entenderán, no es despreciativo, sino que se remonta a la historia del vino de Burdeos, pero, en esta parte del mundo, es muy poco común referirse al vino con ese nombre, inclusive en Francia. Preciados lectores, a todos ¡salud! y hasta el próximo sábado.

P.d.: Clarete se refiere también a una preparación que se remonta a la época del Renacimiento, cuando Francisco I de Francia (1494–1547), amante de la buena cocina y los vinos, consumía una de sus bebidas preferidas: el clarete, un vino tinto filtrado en un paño de tela con 20 g de canela, 20 g de jengibre, 20 g de flor de nuez moscada, 7 g de clavo de olor, 7 g de nuez moscada, 3 g de anís y 3 g de cardamomo en polvo. Este paño, después, era retorcido para sacar las esencias y pasarlas al vino.

oligayet@hotmail.com