La refrigeración

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Aunque es un electrodoméstico que nos acompaña desde hace ya mucho tiempo, algunas personas todavía no tienen bien en claro qué cosas deben ir dentro o fuera de la heladera o el congelador. En esta nota, algunas curiosidades al respecto y que quizás usted no sabía.

Harina de trigo integral. El germen de trigo en la harina de trigo integral puede ponerse rancio muy rápidamente. Una vez abierta, conviene guardar la harina de trigo en la heladera o en el congelador para su uso a largo plazo. Tan solo una precaución: la harina de trigo tiene la tendencia a absorber sabores no deseados, por lo que conviene guardarla en una bolsa de plástico o recipiente hermético y evitar su almacenamiento al lado de cualquier cosa con un olor fuerte, como quesos.

Nueces y almendras. Los frutos secos son una gran opción de tentempié saludable. Para ahorrar, se los puede comprar a granel y almacenarlos en la heladera (o en el congelador si quiere que duren mucho más tiempo). Los aceites de las nueces se ponen rancios cuando se exponen al calor, así que a menos que tenga previsto comerlas dentro del mes, las nueces necesitan mantenerse frías. El congelador es una gran opción, ya que las nueces tienen un contenido de agua muy pequeño, al congelarlas nunca quedan sólida como una roca y durarán indefinidamente almacenadas allí.

Aceites. Si utiliza rápidamente sus aceites, puede que no sea necesario tener que guardarlos en la heladera. Pero si compra el aceite a granel o tiene unas cuantas botellas, es posible que desee considerar la refrigeración. La mayoría de los aceites se mantienen bien fuera de la heladera si se utilizan dentro de un mes o dos. Pero hay que tener en cuenta que la luz, el aire y el calor descomponen los aceites. El calor es especialmente problemático, sobre todo en nuestro país, e incluso porque a la mayoría de las personas les encanta almacenar el aceite cerca de la cocina y del horno. Mantener ciertos aceites en la heladera puede provocarles una inofensiva apariencia de “nublado” y/o hacer que se espesen. Pero al llevarlos nuevamente a temperatura ambiente este problema se resuelve rápidamente. Si no quiere tener este problema, puede tener una pequeña parte de su aceite en un recipiente separado del calor y de la luz, y guardar el resto en la heladera.

Cosas que no deberían refrigerarse

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Tomates. Si alguna vez ha cultivado tomates, entonces sabe que les gusta el calor y odian el frío. Resulta que incluso después de ser arrancados de la planta todavía mantienen su aversión al frío. La heladera no es el lugar ideal para almacenar los tomates. Corremos el riesgo de guardarlos allí y que nuestros tomates perfectos se conviertan en una decepción harinosa. Todavía van a ser buenos para cocinar, pero no los mejores para comer frescos. Conviene guardarlos en algún lugar en el que no reciban luz solar directa y disfrutar de ellos cuando están maduros.

Albahaca. Al igual que a los tomates, a la albahaca le encanta el calor; períodos largos de tiempo en un ambiente frío como el de una heladera hacen que se marchiten prematuramente. A la albahaca le irá mejor si se mantiene en la mesada y se trata como si fueran flores recién cortadas. Un mazo de albahaca fresca se puede almacenar en un vaso de agua (cambiarla cada día o dos), lejos de la luz solar directa.

Papas. A las papas les gustan las temperaturas frescas, no frías. Ellas se mantienen mejor a 10 ºC, lo cual es cinco grados más caliente que el frío de una heladera promedio. El almacenamiento de papas a temperaturas frías convierte su almidón en azúcar más rápidamente, lo que puede afectar el sabor, la textura y la forma de cocinarlas.

Cebollas. Las cebollas no salen de la tierra con esa piel parecida al papel protector. Para desarrollar y mantener esa capa exterior seca tienen que ser "curadas" y mantenidas en un ambiente seco. La falta de circulación de aire y el ambiente húmedo en la heladera haría que las cebollas se echen a perder, lo mismo que almacenarlas cerca de las papas (que emiten humedad y gas) puede causar que las cebollas se arruinen rápidamente. Guarde las cebollas en un lugar fresco, seco, oscuro y bien ventilado. (La luz puede hacer que las cebollas se vuelvan amargas). Las cebollitas de verdeo y el cebollino, sin embargo, tienen un mayor contenido de agua y una vida útil más corta, por lo que estos alliums sí se deben almacenar en la heladera.

Aguacates. Los aguacates no empiezan a madurar hasta después de ser recogidos del árbol. Si va a comprar un aguacate duro como una piedra, no lo guarde en el refrigerador, ya que retarda el proceso de maduración. Por otro lado, si tiene un aguacate que ya ha madurado perfectamente pero todavía no lo va a usar, almacenarlo en la heladera puede funcionar a su favor.