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El primer ataque tuvo lugar a la 15:55, cuando dos miembros del EPP a bordo de una motocicleta dispararon con un revólver calibre 38 contra los agentes que estaban de guardia en la comisaría 21ª de Kurusu de Hierro, ubicada a 52 kilómetros de Horqueta y en el distrito de Azote’y, departamento de Concepción.
Los criminales lograron herir de refilón a dos de los uniformados, identificados como los suboficiales ayudantes Walterio González y Javier Machuca. Pero los uniformados reaccionaron y repelieron a tiros el ataque con fusiles Galil hasta que lograron abatir a uno de ellos.
El caído resultó ser Francisco Denis Almirón (53), en tanto que su presunto cómplice se dio a la fuga, pero minutos después fue capturado por un retén policial cuando huía camino a Tacuatí. Fue individualizado como Isabelino Riveros Velázquez (22).
Casi simultáneamente a este ataque, otro grupo del EPP abrió fuego contra la parte trasera de la misma sede policial desde un maizal situado a 163 metros, usando fusiles calibre 556 y .30. Aparentemente, la intención fue tomar el destacamento, pero también fueron repelidos y se vieron obligados a replegarse cuando llegó un helicóptero de la Policía Nacional.
Los delincuentes cubrieron la fuga con disparos que afectaron la aeronave policial. En la zona de la balacera se halló una nota del EPP en la que los criminales se atribuyen los ataques, en venganza por la muerte del dirigente campesino Benjamín “Toto” Lezcano, ocurrida el 19 de febrero pasado en Arroyito.
El segundo atentado
El segundo atentado de la banda criminal se perpetró casi tres horas después del ataque a la comisaría 21ª de Kurusu de Hierro, es decir a las 18:45. La emboscada fue en Paso Tuja, a 8.900 metros de la comisaría atacada y a 14.100 metros antes de llegar a Azote’y, contra un convoy de tres móviles policiales que salían de la comisaría de Kurusu de Hierro, después del primer ataque.
Según los antecedentes, la patrullera “Delta 1”, asignada al entonces jefe de Policía del Departamento de Concepción, Crio. Princ. Antonio Gamarra, fue atacada con una bomba que estaba atacada a un mangal y fue detonada manualmente desde el monte, a 13 metros del camino. Atrás del móvil policial venían una patrullera del Grupo de Operaciones Tácticas “León Piru” y otra de la sección Inteligencia de San Pedro.
La potente explosión mató al suboficial 2° Cirilo Díaz Escobar (29), quien viajaba en la parte trasera del móvil “Delta 1”, e hirió al oficial ayudante Alfredo Guerrero, al suboficial 2º Víctor Samuel Chávez y al suboficial ayudante Édgar Fariña. Al mismo tiempo, dos francotiradores del EPP atacaron al convoy con fusiles calibre 556 y pistolas 9 milímetros, pero no dañaron las otras patrulleras, no así la camioneta de Wilson Wyder, hermano del intendente de Azote’y, Guido Wyder, quien pasaba coincidentemente por el lugar.
La bomba usada para el ataque
El artefacto explosivo usado por el EPP para el ataque estaba armado con una jeringa de cinco mililitros, añadida a dos pilas de reloj que a su vez estaban sujetadas por tres baterías de 9 voltios.
El dispositivo se activó con una chispa, que se generó cuando el operador apoyó manualmente los extremos positivo y negativo de un cable de 13 metros que tenía en su mano. Esta acción transmitió automáticamente la energía hacia el recipiente con la carga principal, hecho de aluminio remachado y que contenía decenas de pedazos de varillas de 6 mm, 8 mm y clavos, que actuaron como esquirlas con el estallido.
En la zona donde se produjeron los ataques a tiros contra la comisaría de Kurusu de Hierro se encontró una nota del grupo autodenominado Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP), en la que los criminales se atribuyen los ataques a la dependencia policial en venganza por la muerte del dirigente campesino Benjamín “Toto” Lezcano, ocurrida el 19 de febrero de 2013, en la localidad de Arroyito, ubicada en el sureste del departamento de Concepción.
El explosivo que se usó para el ataque estaba armado con una jeringa de cinco mililitros, añadida a dos pilas de reloj, que a su vez estaban sujetas a tres baterías de 9 voltios. El dispositivo se activó con una chispa, generada cuando el operador apoyó en forma manual los dos extremos positivo y negativo de un cable de 13 metros que tenía en su mano y transmitió de manera automática la energía
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