Minotauro, el nuevo capo mafioso de la frontera

Un supuesto capomafioso brasileño, que se hace llamar Minotauro, sigilosamente tomó el control de todos los negocios efectuados al margen de la ley en la zona fronteriza comprendida entre Pedro Juan Caballero y Ponta Porã, Brasil. El sospechoso, quien tiene cuentas pendientes con la justicia utiliza un ejército de sicarios para explotar el corredor de drogas, armas y municiones hacia las principales ciudades de Brasil.

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Se trata de Sergio de Arruda Quintiliano, alias Minotauro, el mismo utiliza un documento de identidad paraguayo a nombre de Celso Matos Espíndola, supuestamente nacido el 27 de enero del 1982 en Ponta Porã, Brasil, para movilizarse en aquella región. Supuestamente, el presunto capomafioso cuenta con el respaldo de la organización criminal brasileña Primer Comando Capital (PCC) para operar.

La figura del Minotauro emergió después del alevoso asesinato de Jorge Rafaat Toumani (16 de junio de 2016), la extradición al Brasil de Jarvis Chimenes Pavão (28 de diciembre de 2017) y la captura en Río de Janeiro de Elton Leonel Rumich da Silva, alias Galán (27 de febrero de 2018).

Es más, muchos aseguran que el hombre se apropió de toda la estructura criminal que mantuvo a Rafaat como único jefe de la mafia en la región. La pareja actual de Minotauro era una allegada del extinto criminal y hasta adquirió todos los vehículos blindados que este último utilizaba para movilizarse por la ciudad de Pedro Juan Caballero con medio centenar de guarda espaldas, a más de varias otras camionetas todo terreno. El hombre se maneja como un playboy en la capital de Amambay, señalaron las fuentes.

Minotauro aprovechó la pasividad de los organismos de seguridad para tomar el control en la región con un ejército de sicarios que operan a las órdenes de sus dos principales colaboradores, Marcio Ariel Sánchez Giménez, de 29 años, alias Aguacate, actualmente con orden de captura; y el brasileño Jonás Silva Correa, alias Gordo, también buscado por la justicia.

Con esta estructura, el nuevo presunto capomafioso trae vía aérea desde Bolivia hasta Pedro Juan Caballero grandes cantidades de pasta base de cocaína, que procesan en pequeños laboratorios clandestinos diseminados en distintos puntos de la Amambay y Ponta Porã, para convertirla en clorhidrato de cocaína, que es el producto final que remesa a los principales mercados de consumo del vecino país. Es más, gracias a la calidad y el volumen de las cargas que moviliza, el narco creó una marca propia, “La Corona”, cuya figura va estampada en cada paquete de la droga que produce y vende.

Sin embargo, la situación de Minotauro se ha complicado en los últimos meses, debido a que las operaciones de la Policía Civil y Militar en la frontera le causaron multimillonarias pérdidas, con la incautación de grandes cargamentos de la droga, lo que supuestamente le ha imposibilitado honrar sus deudas con los productores de coca del altiplano, señalaron.

Los cierto es que Minotauro cada día que pasa va aumentando su poder en la frontera gracias a la pasividad de los organismos de seguridad, tanto paraguayas como las brasileñas, y ahora apunta a monopolizar todo el trafico de drogas y armas en la región.

brlopez@abc.com.py

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