¿Dónde está la diferencia?

Sin importar la cantidad de dinero que tengas disponible para gastar en ropa, las decisiones de compra siempre deben ser inteligentes. En primer lugar, debemos saber que algunas diferencias de precios radican solamente en el nombre de la marca. Cuando este es el caso, debemos preguntarnos si vale la pena o no pagar de más. Ahora bien, los precios normalmente están ligados a muchas cuestiones que son importantes:

- La calidad de los materiales: los tejidos de fibras naturales, como el algodón o la lana, suelen ser más caros que los de fibras sintéticas, como el nailon o el poliéster. Una tela de buena calidad, independientemente de su composición, no se encoge ni deforma y tampoco pierde color con los lavados.

- La calidad de las terminaciones: el tipo de costura es un punto importante en la durabilidad de la prenda y el confort. Si las costuras no son realizadas con la máquina adecuada, pueden romperse fácilmente con el uso. Si son muy gruesas, pueden dejar marcas o lastimar la piel. Este ítem es sumamente importante en las prendas que están en contacto directo con la piel, como la ropa interior.

- El nivel de industrialización de procesos: cuando una misma prenda es fabricada en grandes cantidades, los costos se abaratan. La compra de telas por mayor y la fabricación en serie reducen ampliamente el precio, y más aún cuando la mano de obra que fabrica es económica, como es el caso de países como India, China y Bangladesh. Las marcas como Zara, H&M y Forever 21 suelen realizar sus colecciones en estos países, logrando una gran variedad de modelos a precios bajos. Cuando una prenda es realizada de manera artesanal, es decir, con mucho trabajo manual y en pocas cantidades, los precios son más altos. El diseño de autor, por ejemplo, nos ofrece un producto diferente, con una impronta distinta en los diseños de los cuales se fabrican muy pocas cantidades para mantener la exclusividad de los modelos. Estas prendas, por lo general, llevan mucho tiempo de fabricación, por tener molderías distintas o gran cantidad de detalles que se deben realizar a mano.

- La mano de obra legal y el pago de impuestos correspondientes: lamentablemente, muchas de las prendas que encontramos en el mercado, incluso muchas de calidad más que aceptable, tienen bajos precios por la manera en la que fueron fabricadas y la situación legal del taller que las realiza. Los talleres clandestinos mantienen a sus operarios en malas condiciones laborales y con salarios bajísimos. Tampoco pagan impuestos y, en numerosos casos, se realiza contrabando. Es importante saber que, cuando compramos productos de este tipo, estamos sustentando una situación penosa para las personas involucradas y ayudamos a solventar un sistema que daña al país.

- La actualización de las temporadas: la moda cambia a velocidad vertiginosa y es de conocimiento de toda persona que los nuevos lanzamientos de productos son de precios más elevados que las temporadas anteriores. La realidad es que, cuando los cambios son tan rápidos, podemos encontrar prendas de temporadas anteriores que son más que útiles para el guardarropa actual. Animate a buscar en outlets, seguramente encuentres buenas prendas y a menor precio.

Como consejo, invertí sumas más grandes en productos que puedas comprobar su calidad en cuanto a materiales, calce y terminaciones. Las prendas en las que no conviene escatimar son la lencería, los abrigos y el calzado, donde el confort es fundamental. En otro tipo de prendas podemos jugar un poco con astucia, y buscar opciones más económicas y versátiles.

Asegurate de que estás comprando en un sistema legal y autorizado, que tu inversión sea un granito de arena para el trabajo legal y en el cual las personas involucradas tengan una situación digna.

@tieffemberg