Polémicos billetes que pasaron a la historia

Prácticamente desde su lanzamiento, el billete de G. 2.000 ha sido muy cuestionado debido a un error existente en una de las fotografías. Al igual que este, también existe otra controversia sobre el cuadro que figura en el de G. 10.000.

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Ya en varias ocasiones se ha hablado sobre el error iconográfico existente en el billete nacional más recientemente lanzado: el del G. 2.000. Este se convirtió en el primer “billete polímero” de nuestro país, debido a que está fabricado con el material que lleva dicho nombre y que facilita su mejor conservación y durabilidad.

Los billetes de polímero también incorporan nuevas medidas de seguridad, distintas a los tradicionales billetes de papel de algodón, por lo cual su falsificación es mucho más complicada. Las primeras ediciones fueron impresas en 2008 y el billete entró en vigencia a partir del siguiente año, relata el especialista en numismática Raúl Olazar Cristaldo.

Es considerado como un homenaje a dos de las mujeres paraguayas que más aportaron a la educación nacional: las hermanas Adela y Celsa Speratti. El diseño cuenta con las supuestas fotografías de ambas educacionistas; sin embargo, ahí reside el error, ya que una de las imágenes no corresponde a la profesora.

Primeramente, es importante hablar sobre quiénes deberían ser las protagonistas de este billete. Las hermanas Speratti fueron dos célebres docentes que trabajaron intensamente en los años posteriores a la Guerra de la Triple Alianza.

Adela nació en la ciudad de Barrero Guazú (actual Eusebio Ayala) en 1865, mientras que Celsa, en Luque, en 1868. Ambas quedaron huérfanas de padre, puesto que el mismo falleció durante la Guerra de la Triple Alianza, específicamente en la batalla de Ytororó. Su madre, Dolores de Speratti, ya viuda y con numerosas dificultades para sacar adelante a sus hijas, decidió que lo mejor era emigrar a la Argentina.

Pese a las carencias económicas, doña Dolores quiso lo mejor para sus niñas, por lo que las puso a estudiar en la Escuela de Aplicaciones de la Normal. Posteriormente, ingresaron en la Escuela Normal de Maestros y Profesores "Mariano Moreno" de la ciudad de Concepción del Uruguay, donde obtuvieron numerosas ideas pedagógicas modernas a través de reconocidas maestras norteamericanas, según relata el historiador Luis Verón.

Adela y Celsa Speratti terminaron como las mejores de su promoción y, por ende, fueron elegidas para integrar el cuerpo docente del célebre centro educativo. Luego, pasaron a enseñar en Goya y Corrientes.

En pleno auge de sus intensos trabajos en pos de la educación nacional, Adela Speratti falleció repentinamente con apenas 37 años, el 8 de noviembre de 1902.

 

Su hermana decidió seguir con su labor de educacionista durante varios años más, hasta que decidió dejarla cuando se casó. No obstante, siguió enseñando a niños de escasos recursos hasta que falleció, a los 70 años de edad en 1938.

Tanto Adela como Celsa son consideradas dos de las principales figuras de la educación nacional por su incansable labor como educacionistas en la post guerra, considerada la etapa más difícil de nuestro país.

Los historiadores coinciden en que la mujer que aparece en vez de Celsa (la del cabello abultado) en realidad es Concepción Silva de Airaldi, quien también fue una reconocida maestra de la misma época que las hermanas Speratti. Concepción fue directora de la Escuela Normal de Maestras y la fotografía que fue utilizada como base del dibujo apareció en un libro titulado Paraguay en Marcha (1907), explica la historiadora Ana Barreto.

“Realmente no comprendo cómo o por qué se asumió que era ella (Celsa). Además de asignarle un rostro que no es el suyo a Celsa, se termina sumiéndole en el anonimato a la propia Concepción Silva”, destaca la historiadora.

La misma señaló que, en teoría, cuando se busca la representación iconográfica de cada billete, el control de datos e imágenes debería ser extremadamente riguroso. Incluso, la historiadora en algún momento dudó sobre si realmente era Celsa la del billete; sin embargo, confirmó que se trata de Concepción con otra foto que aparece en el Álbum Gráfico de 1912.

“Hay una sola fotografía de Celsa. No sé si alguna expresión que estéticamente no haya gustado, porque su mirada no es tan fuerte como la que utilizaron. La otra cosa que, como historiadora, me pregunto es si en caso de hombres se permitiría algo así y que se quede así, porque 'son las maestras nomás y son todas iguales'”, cuestiona.

Por otra parte, también hay una controversia en torno al billete de G. 10.000, pero a diferencia de la historia anterior, aquí tenemos dos versiones distintas: una que habla sobre un error iconográfico y la otra que niega esa posibilidad.

Primeramente, hablemos del billete que entró en vigencia a partir del año 1995. En una cara cuenta con el rostro del Dr. Gaspar Rodríguez de Francia y del otro tiene el cuadro que supuestamente representa la intimación al gobernador, ocurrida durante la gesta de la Independencia del Paraguay. Bajo la imagen está la fecha: “14 de mayo de 1811”. Las dos versiones confirman que el artista italiano Guillermo Da Ré fue el autor de la pintura.

Por un lado, la historiadora Barreto sostiene que este cuadro sí fue realizado para nuestro país y representa la intimación al gobernador. De acuerdo a su relato, en 1910, Argentina iba a celebrar una gran exposición universal en conmemoración de los 100 años de su Independencia y numerosos países iban a tener sus diferentes pabellones.

Paraguay se preparaba para ese evento, pero surgió un problema: no había representaciones iconográficas o pinturas, ni siquiera retratos de los próceres de nuestra Independencia. “De hecho, las discusiones sobre quiénes son los próceres de la Independencia no habían llegado a buen puerto aún en esas fechas”, destaca.

Por ese motivo, siempre según la versión de Barreto, el Gobierno convocó a artistas de todo el mundo para realizar una representación de la Independencia paraguaya y todos los próceres. Da Ré se presentó con el cuadro que hoy está exhibido en la Casa de la Independencia y en el billete y ganó el concurso.

“Ahora, si la representación se ajusta a la tradición, obviamente que no, porque la pintura lo que tiene es simbolismo, está cargada de mucho simbolismo, como la silla echada, la ropa de los presentes (…) Además de que es llamativamente estético, ese era el canon del gusto de esa época; ningún país se representa a sí mismo como pobre”, expresa Barreto.

En ese mismo sentido, aseguró que ninguno de los retratos de los próceres o cuadros representativos de la Independencia son contemporáneos, por lo cual todos están cargados de simbolismos y tal vez objetos que no son propios de cada época o personaje.

En 2013 se desató la polémica sobre si este cuadro en cuestión representaba realmente a la gesta de nuestra Independencia. Incluso, el 18 de junio de ese año se llegó a publicar que el Poder Ejecutivo ordenó retirar del Palacio de Gobierno la pintura de Da Ré por ser incorrecta, según el entonces ministro de la Secretaría de Políticas Lingüísticas, Carlos Villagra Marsal. Según Barreto, la pintura no fue sacada pero sí tapada con una bandera. 

Villagra Marsal había señalado en ese entonces que en realidad el artista italiano, a pedido del Gobierno argentino, ilustró la noche de la Semana de Mayo, que se inició con la caída de la Junta Suprema Central y terminó el 25 de mayo de 1810, con la destitución del virrey Baltasar Hidalgo Cisneros.

Sin embargo, se produjo un cambio de Gobierno en el vecino país y los nuevos administradores rechazaron su obra de arte. A raíz de ello, Da Ré habría tomado sus pinturas, entre ellas la que está en el billete, y vino a Paraguay. En nuestro país se habría encontrado con Juan Silvano Godoy, a quien le dijo que su pintura retrataba la intimación a Velasco. Al intelectual le gustó tanto que le pidió la reproducción, pero más grande y, siempre según el exministro, ese es el cuadro que estuvo en el Palacio de Gobierno.

Lo cierto y concreto es que, pese hasta las controversias, hasta la fecha esta obra de arte permanece en la Casa de la Independencia y es exhibida como una representación de la madrugada del 14 y 15 de mayo, cuando nuestros próceres lograron liberar al país del yugo español.

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