Voluntarios de la Cruz Roja, al frente de la batalla contra el COVID-19

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Los voluntarios de la Cruz Roja brindan una importante asistencia en los hogares de cuarentena.

Desde que se implementaron las medidas sanitarias por la pandemia del COVID-19, los voluntarios de la Cruz Roja formaron parte del frente de batalla. Primero en los controles del puente de la Amistad de Ciudad del Este, luego en los hogares de cuarentena.

Con la consigna de “aliviar los dolores humanos”, unos 50 voluntarios de la Cruz Roja de esta zona del país, anteponen el servicio solidario a sus propias vidas al brindar ayuda en el marco de las acciones para enfrentar al COVID-19.

Al principio apoyaron los trabajos de control sanitario en la zona primaria del puente de la Amistad, luego se trasladaron en los albergues de cuarentena. En este caso deben hacer un trabajo sumamente sensible y muchos de ellos también permanecen en los hogares de aislamiento, pues al tener contacto directo con los albergados no pueden volver a sus casas.

Allí realizan contención, primeros auxilios, apoyan los traslados de pacientes e igualmente realizan las tomas de muestras a los internos de los diferentes albergues. Incluso hacen trabajo logístico acarreando los alimentos e insumos de limpieza.

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Varios voluntarios de la Cruz Roja ofrecen servicios en los albergues de cuarentena.

Los que hacen monitoreo en los albergues están alejados de su familia, al terminar su jornada o su turno acuden a un puesto comando, ubicado dentro del predio de unos de los hogares. Allí toman un descanso y luego retoman sus actividades.

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En otro frente de trabajo realizan apoyo a las tareas de inmunización contra la influenza, y en los lugares de preparación y entrega de alimentos a través de ollas populares.

Todos realizan trabajos de forma voluntaria, es decir, sin cobrar nada. Para costear los gastos operativos, recurrían a colectas anuales, pero este año no se hizo, debido a la cuarentena sanitaria. Actualmente están cubriendo los gastos con donaciones y apoyo de otras instituciones.

Carlos Vera, presidente de filial de Cruz Roja del Alto Paraná, manifestó que como institución siempre preparan a los voluntarios para dar lo mejor de sí a fin de aliviar los sufrimientos humanos. “El voluntario se siente bien cuando un albergado que está llorando de rabia, o que está con un desborde emocional logra calmarse después de hablarle. Ahí se da cuenta que vale la pena estar el momento más crítico”, contó.

La filial de Alto Paraná cuenta con 110 voluntarios y actualmente no puede reclutar nuevos miembros considerando que los cursos de preparación para el ingreso están suspendidos debido a la pandemia.

El apoyo a las labores en los hogares de cuarentena es imprescindible, pues en el décimo departamento hay 10 albergues que llegaron a más de 600 internos. Tras las altas de los últimos días, la cantidad permanece en poco más de 400.