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El juicio oral del joven Héctor Eduardo Martínez Núñez (26) y de su madre Limpia Concepción Núñez Goiburú, acusados como supuestos autores del crimen, continuará desde las 11:00 con el testimonio de los familiares de la víctima.
La semana pasada, en su breve declaración ante el Tribunal de Sentencia, compuesto por Evangelina Villalba, Óscar Genez y Lourdes Morínigo, el joven Martínez Núñez confesó el asesinato y dijo que es el único responsable del crimen, al mencionar que su madre no tiene culpa en el hecho.
Aunque los fiscales Vanesa Candia y Estela Mary Ramírez sostienen que madre e hijo son los autores materiales del crimen. Según la acusación fiscal, los dos acusados habrían preparado una fogata para quemar viva a la niña en una propiedad rural, distante a unos 700 metros de la granja de Núñez Goiburú, en el Km 26 Monday de Minga Guazú, a 15 kilómetros de la ruta PY02.
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Los fiscales basan principalmente su acusación en pruebas indirectas como cruce de llamadas y geolocalización del teléfono de la madre acusada.
Luego del rapto de la niña en el Km 16 Acaray, Martínez Núñez se había comunicado vía telefónica con su madre. Mientras que el informe de geolocalización indica, entre el rapto y la detención del autor confeso, el celular de la mujer agarró señal desde una antena, que casualmente es el artefacto que da cobertura desde el escenario del asesinato.
El abogado José Gil López, defensor de la mujer, dijo que la antena en cuestión también brinda señal en un sector de la casa de su cliente, al igual que otras seis antenas.
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Núñez Goiburú declaró en el juicio y aseguró que no salió de su domicilio en el día del asesinato.
Una semana antes del crimen, el 21 de febrero de 2020, Martínez habría advertido al padrastro de Naydelin sobre el macabro plan de asesinato. “Mi mamá ya me dijo que tengo que hacer y va a ser una sorpresa”, habría amenazado el acusado.
El joven procesado mantenía una relación amorosa con la tía de la víctima y quedó molesto a raíz de una ruptura del vínculo sentimental, tras ser denunciado por violencia familiar por su expareja.
Un día antes del crimen, Martínez tuvo una audiencia en el juzgado a raíz de la denuncia por violencia familiar en su contra y la justicia dispuso que no debía acercarse a su expareja. En aquel día había amenazado a su exsuegra, quien es abuela de Naydelin. “Voy a tocarle donde más le duele”, habría amenazado.
En la víspera del asesinato, Martínez Núñez ingresó clandestinamente al inmueble rural colindante a la propiedad de su madre, en horario nocturno, y con motosierra preparó las leñas para usar en el crimen.
Víctima adoraba al autor confeso
La niña Naydelin adoraba al acusado Martínez Núñez, a quien llamaba cariñosamente como “tío Dudu” y frecuentaba a la familia del autor confeso, según relataron en el juicio oral los familiares de la pequeña.