Depresión, un mundo de soledad del que hay que hablar

Diciembre empuja a hacer cierres, a modo de una entidad bancaria con ganancias y déficits, pérdidas irreparables y sentimientos que llenan de congoja y duelos. El contexto de pandemia con los vaivenes económicos conlleva para muchos una gran desesperación, sufriendo en soledad.

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En una conversación con Charles Rodas Quiñónez, psiquiatra y psicoterapeuta psicoanalítico, sacamos a la luz algunos aspectos de nuestra sociedad y la depresión del ser humano.

Es una época en que el estrés produce situaciones límite en muchos aspectos: en el tráfico, en las expectativas económicas no resueltas debido a la pandemia y muchas cosas más.

La sensibilidad está a flor de piel por ausencias de algunos miembros de la familia a medida que se acercan las fiestas de fin de año, aunque la tradición familiar se ha perdido mucho, reconoce el profesional.

“Fin de año no es solo familia, sino también es una valoración anual. Así como las empresas hacen su cierre administrativo, las personas hacen una autorreflexión, pero es un mundo que se vive en el automatismo”, analizó.

Según el doctor, los profesionales psiquiatras y psicólogos ven trastornos con más incidencia en estas fechas, así como en otras partes del mundo ocurren por la ausencia del sol y la algarabía del verano.

Y agrega otro condimento a esta turbulenta realidad: “el encierro emocional es una característica actual, que se construye sobre una forma de vivir individualista porque la sociedad del mundo globalizado es competitivo con ausencia de solidaridad”.

También dijo que hoy “se vive aislados, la tecnología suplanta el encuentro personal”.

La falta de cariño

La sociedad actual “generó una crisis emocional económica, las personas viven comprando para satisfacer con objetos la falta de cariño”.

El especialista aduce que “la gente vive por afuera de sus expectativas y entra en déficit financieros, tapando agujeros, sin olvidar que vivimos en un país desmembrado por el narcotráfico”.

600 personas por año

El suicidio está en alza en todo el mundo. En nuestro país, la tasa más alta se dio el año pasado. Según Rodas Quiñónez, “cerca de 600 personas anuales, esa es la tasa declarada, y conste que Salud Pública tiene un problema grave con las estadísticas”.

La peor decisión era tomada antes por los adultos mayores, luego personas de mediana edad y ahora el experto afirma que los suicidios ocurren en la edad adolescente e infancia.

Qué hacer

El doctor sugiere hablar con los hijos, si bien los adolescentes tienen dificultad de comunicarse, ellos dicen que sus padres “están más preocupados en sus rencillas de parejas y sobrevida (trabajan mucho para sostener su nivel económico). La pareja es un objeto que se puede tirar, se usa y se desecha”.

Es evidente la falta de comunicación con los hijos, “pero a su vez los jóvenes no quieren escuchar, son soberbios y se creen sabelotodos”.

“Hablar y llegar al entendimiento recae con frecuencia en los abuelos y tíos que actúan como sustitutos”, refirió.

El que sufre debe hablar

Cuando la idea de autoeliminarse pasa por la cabeza puede ser circunstancial, o sistemática cuando hay un plan. El psiquiatra opinó, “no teman, hablen y exterioricen el impulso con una persona de confianza porque eso les va a dar un alivio importante”.

Recomendó que esa persona que escucha tiene que tener la capacidad de hacerlo sin asustarse.

Es el momento de dar un soporte emocional, escucharle, no criticar ni alarmarse, pensar en lo que le cuenta esa persona, darle sostén. Le contará sus propias experiencias de cómo logró salir adelante también.

Abrir los oídos y tu casa

Un conflicto que parecía inconmensurable puede cambiar totalmente al cabo de 15 días, y muchas personas en crisis necesitan ser albergadas en una casa en ese tiempo.

“Pero nadie quiere prestar oídos al sufrimiento del otro, solo quieren que se les escuche. Niños, adultos y ancianos se creen adolescentes, predomina el yo, el libre albedrío, la transgresión y desaparece la responsabilidad”, finalizó.

Dónde acudir

Los hospitales públicos como Barrio Obrero, Centro de Salud Nº 3, San Pablo, Calle’í San Lorenzo, cuentan con profesionales de la salud.

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