La nave irá pilotada por el deportista alemán Boris Hermann y por Pierre Casiraghi, hijo de la princesa Carolina de Mónaco, ambos miembros del equipo llamado “Malizia”. No hay una fecha concreta para la partida, puesto que dependerá de las condiciones meteorológicas, pero se prevé que la travesía se prolongue previsiblemente unas dos semanas.
A Thumberg, de 16 años, la acompañarán en el viaje el padre de la activista, así como un cineasta. El objetivo del viaje es estar en Nueva York durante la cumbre climática del 23 de septiembre, tras lo cual continuará en América unos meses más para viajar a Chile, donde se celebrará la conferencia de la ONU contra la emergencia climática, el próximo diciembre.
La activista medioambiental y líder del movimiento “Fridays for Future” , que todos los viernes moviliza a escolares de todo el mundo bajo el lema “No hay un Planeta B” , anunció hace unas semanas que se tomará un curso sabático para extender ese mensaje. “Millones de jóvenes han levantado su voz este año para sensibilizar a los líderes políticos", apuntó Thumberg, en un comunicado de prensa, donde se añade que en los próximos meses ese mensaje debe alcanzar Nueva York y Santiago de Chile.
El “Malizia II”, de 18 metros de eslora, no genera emisiones tóxicas, ya que está habilitado con placas solares y turbinas submarinas.
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Thunberg partió este sábado hacia Ginebra, donde hará una etapa previa a la gira global que piensa realizar en un velero a Nueva York y Chile para llevar su alerta contra la crisis climática. Salió en tren en dirección a Lausana, según informa la activista a través de su cuenta en Twitter, donde alude a su travesía transatlántica, que realizará en un velero. Su propósito es desplazarse desde Suiza a Reino Unido y partir a continuación hacia Nueva York para una travesía que se prolongará unas dos semanas.
Thunberg se despidió el viernes de sus seguidores en Estocolmo, en una acción ante el Parlamento sueco, el lugar donde inició su campaña de huelgas en protesta contra la crisis climática, origen del movimiento global “Fridays for Future”.
Las acciones de la activista no están exentas de controversia, sea de quienes le recriminan que mueva al absentismo escolar a las decenas de miles de menores que se han sumado a su movimiento en todo el mundo, sea de quienes cuestionan su estado mental.
Un destacado periodista australiano del “Herald Sun” , Andrew Bolt, la calificó esta semana en twitter de “profundamente perturbada” y relacionó lo que denomina “campaña de pánico climático” con el diagnóstico de síndrome de Asperger de la activista. Thunberg respondió a esa crítica desde twitter, su canal habitual de comunicación, y dijo que, efectivamente, se sentía “profundamente perturbada” por tales mensajes de odio.

