Ilusión e incertidumbre por la reapertura de casos de asilo por parte de EEUU

Los migrantes varados en la fronteriza ciudad mexicana de Matamoros se encuentran entre la alegría y la confusión tras el golpe de timón dado por el nuevo presidente Joe Biden, cuyos discursos hablan de favorecer las migraciones, mientras en la práctica mantiene la política de su antecesor Donald Trump, quien fue más estricto en el control de qué personas ingresaron a Estados Unidos.

Paso fronterizo entre Estados Unidos y México de San Isidro. La nueva política migratoria anunciada por el presidente Joe Biden no termina de concretizarse.
Paso fronterizo entre Estados Unidos y México de San Isidro. La nueva política migratoria anunciada por el presidente Joe Biden no termina de concretizarse.PATRICK T. FALLON

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Aunque 25 fueron autorizados ayer a ingresar a EE.UU. para presentar sus casos ante cortes estadounidense, muchos solicitantes de asilo, y decenas de miles de personas que buscan entrar de alguna otra manera al gran país del norte, llevan meses esperando una cita ante la del estado de Tamaulipas veían con incertidumbre cómo una web creada por la ONU para recabar sus datos permanecía inactiva durante horas.

“Estuvimos despiertos a las dos de la madrugada que nos dimos cuenta que había caído la página, pero no pudimos abrirla”, declaró el salvadoreño Francisco Hernández.

El sitio en internet, gestionado por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), se encontraba sin operar en las primeras horas de la fecha indicada por el Gobierno de Estados Unidos para reabrir los procesos que están acumulados desde hace meses e incluso años.

Pese a los problemas iniciales, horas después empezó a funcionar con normalidad.

En el campamento migrante de Matamoros se estima que hay alrededor de 700 personas del programa “Remain in Mexico” (Permanecer en México).

En la parte final del campamento, a unos metros del Puente Nuevo, que divide a Matamoros con Brownsville (EE.UU.), se han instalado carpas donde probablemente se aplicarán pruebas rápidas de covid-19 y se otorgará asistencia a los integrantes del protocolo migrantes.

Promesas de Biden

El pasado 12 de febrero el Gobierno de Joe Biden anunció la reapertura a partir del 19 de febrero de los casos de los solicitantes de asilo devueltos a México por un programa del expresidente Donald Trump que establecía que esas personas debían permanecer en ese país hasta que se resolviera sus solicitudes.

Este programa, conocido como el Protocolo de Protección de Migrantes (MPP, en inglés) o “Remain in Mexico” (Permanecer en México), contaría todavía con 25.000 solicitantes de asilo en territorio mexicano, según datos ofrecidos este jueves por la ONU.

Ilusión y caos

En el marco del anuncio de la reapertura de la primera fase de los procesos de asilo, llegaron al campamento desplazados mexicanos y personas de Centroamérica que, sin formar parte del protocolo, iban en busca de una alternativa para solicitar asilo.

“Queremos entrar al campamento más que nada para que nos alisten”, argumentó Marta Calixto, quien llegó con su familia desde el sureño estado mexicano de Guerrero.

También arribó con su familia José Roberto Reyes Amaya, originario de Honduras, para tratar de ser parte del programa y continuar su camino a Estados Unidos.

A las personas se les prohibió la entrada al campamento y tuvieron que regresar a los sitios donde se alojan después de haber llegado a la frontera por la noticia del cambio en política migratoria por parte de Estados Unidos.

Situación similar en Tijuana

A unos 2.500 kilómetros de distancia, en la otra punta fronteriza norte del país, la situación que vivían los migrantes era similar.

Al menos 300 de ellos, en su mayoría de Centroamérica y Haití, varados en la ciudad mexicana de Tijuana desde hace meses, hicieron fila desde temprana hora al exterior de las oficinas del Instituto Nacional de Migración (INM) esperando una respuesta sobre la solicitud de asilo político en Estados Unidos y la hora de su cita.

Desde la tarde del jueves los migrantes comenzaron a reunirse al exterior de este inmueble, aunque ninguna autoridad los recibió pese a que muchos pasaron la noche en la intemperie.

A primera hora fue atendida una mujer hondureña, Leri Marivel Cabrera, quien desde el año 2020 ya tenía su cita programada para este 19 de febrero, pero le aplazaron la cita al lunes, según contó.

Leri lleva dos años viviendo en Tijuana junto con dos de sus hijas y busca entrar a Estados Unidos mediante el recurso del asilo.

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