La directora general del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, y el presidente del Banco Mundial (BM), David Malpass compartieron la apertura de las Reuniones Anuales de 2022 del FMI y el BM en Washington, donde los principales líderes económicos discutirán las perspectivas económicas mundiales.
Conflictos geopolíticos
Estas son las primeras reuniones presenciales en tres años, recordó Georgieva, una época en la que se han vivido ”hechos impensables que están teniendo importantes consecuencias”: la pandemia, la invasión de Rusia a Ucrania y desastres climáticos en todos los continentes.
“Todo esto ha colocado a la gente en un lugar muy difícil. Están agotados y tienen que hacer frente a una crisis del coste de vida”, apuntó la directora, una situación que “es especialmente difícil para los países en desarrollo”.
En este sentido, Malpass explicó que los niveles de deuda de los países en desarrollo “se están volviendo cada vez más onerosos” y que el aumento de las tasas de interés le agrega peso a lo grave de la situación, igual que las altas tasas de inflación.
Con 70 millones más de pobres, según muestra el último análisis del BM, y una reducción del 4% en el ingreso medio, “nuestro objetivo de prosperidad compartida, no está sucediendo” y “están ocurriendo reversiones en el desarrollo”, agregó Malpass.
¿Qué hacer?
“Afrontar en conjunto las políticas monetarias y las políticas fiscales este año es absolutamente primordial”, apuntó la directora del FMI, quien advirtió de “no será un buen viaje” si las políticas monetarias son de “pisar el freno” y las fiscales de “pisar el acelerador”.
Georgieva insistió además en la necesidad de invertir en acciones para frenar la actual crisis climática ya que aunque “es malo tener inflación” y recesiones, “sobreviviremos como humanidad”, pero “a lo que no podemos sobrevivir es a la crisis climática incesante, por lo que movilizarnos hoy para un mañana más resistente es exactamente lo que debemos hacer”.