“Es triste pero muy habitual”, relata a EFE Manuel Domergue, director de estudios de la Fundación Abbé Pierre, “cada año Morts de la rue habla de 500, 600 muertos en la calle”.
El último informe de la Fundación Abbé Pierre habla de 330.000 personas “sin domicilio fijo” en suelo galo, un aumento de 30.000 personas respecto al año anterior, que deja ya una subida del 130 % en la última década.
Esta tendencia creciente contrasta duramente con las promesas del presidente Emmanuel Macron, que en 2017 aseguraba que la gente dejaría de dormir en la calle.
“Aunque en Francia tenemos miles de personas cada año que pasan de la calle al alojamiento, hay desventajas por las que la gente acaba sin hogar. Hay un flujo positivo de personas que va a la vivienda y que aumenta, pero también un flujo negativo, gente que pierde su casa, y que crece todavía más”, puntualiza Domergue.
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