En un comunicado, la agrupación dio la bienvenida a esa decisión “esperada desde hace largo tiempo por el pueblo sirio”.
La CNFROS expresó, además, su voluntad de cooperar con los estados donantes para el reparto de asistencia “sin discriminar a nadie” y se comprometió a proteger los convoyes de ayuda.
Las potencias occidentales, por un lado, y Rusia y China, por el otro, dejaron ayer de lado sus diferencias y aprobaron por unanimidad la resolución, que se negoció discretamente durante semanas para garantizar un texto aceptable para todos.
El texto permite a las agencias humanitarias de la ONU y sus socios utilizar cuatro puntos fronterizos en manos de los opositores -dos desde Turquía, uno desde Irak y otro desde Jordania, sin necesidad de recibir autorización de las autoridades sirias.
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El régimen de Bashar al Asad advirtió en junio de que suministrar ayuda en áreas rebeldes sin su consentimiento equivaldría a un ataque. Según la agencia de noticias oficial Sana, el embajador de Siria ante la ONU, Bashar al Yafari, criticó ayer la medida y opinó que “el alivio del sufrimiento sirio depende del fin del terrorismo”.
“Primero y lo más importante es que el terrorismo acabe para que la situación humanitaria en Siria mejore”, declaró.