Tan despistados estamos en ese tema que el guaraní terminó siendo una materia de ciencia ficción en circuito cerrado estudiantil, que se emplea solo en escuelas y colegios, ejemplo, muanduhe, ñe’epapára o herunguä.
Chakeko ñanemboriahu, tanto el Estado como las familias, nos desgastamos tontamente torturando a niños y niñas en pro de una lengua anclada en la Edad de Piedra, que solo sirve para malgastar el escaso dinero de sus padres y nuestro deficitario presupuesto nacional. Utilidad práctica no tiene. Usted, guaraní hablante, que ya es adulto bien entrado en años, ¿necesitó alguna vez emplear términos como ysaja, terorei, o küjererä? Nunca.
Enseñar al campesinito lo que ya sabe naturalmente y forzarlo a aprender palabras fabricadas en la Academia, ausentes en el lenguaje paraguayo corriente, no es manera inteligente de prepararlo para afrontar las duras exigencias de la vida moderna.
Víctor Manuel Ruiz Díaz
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